18 de Mayo del 2023
Roberto Saban
MADAMA BUTTERFLY la ópera de Puccini. Teatro Solis 19, 21 y 23 de mayo
Alfonso Mujica un barítono comprometido
Alfonso Mujica
Alfonso Mujica. barítono
Foto: Teatro Solis

Madama Butterfly, de Giacomo Puccini es una de las óperas más representadas en la historia de este género. Narra la historia de Cio-Cio San, la geisha quinceañera japonesa que dejará todo por el amor del militar norteamericano Pinkerton.

 

Esta obra se presenta con la  Orquesta Filarmónica de Montevideo bajo la dirección de Martín García y la dirección escénica del italiano Pier Francesco Maestrini.

La siguiente es la entrevista que mantuvimos con el barítono Alfonso Mujica y sus expresiones en una rueda de intercambio donde se comentan distintos aspectos de la obra.

 

Roberto Saban: ¿Cómo ha ido cambiando tu visión a lo largo de los años, tanto como espectador como desde el rol de cantante de MADAMA BUTTERFLY

Alfonso Mujica: Creo que es algo inherente a la madurez que experimentamos todos los seres humanos y que si estamos abiertos a capitalizarla nos ayuda a tener una visión más aguda de las cosas a medida que pasa el tiempo.

Siempre he dicho que en mi caso el profesional de la ópera no ha desplazado al aficionado, sino que, por el contrario, me ha convertido en un aficionado más atento y en un profesional que siempre busca ver más allá de su desempeño individual.

La ópera ha disparado en mí el interés por el estudio de la historia, de las culturas, de la diversidad bien entendida, la espiritualidad, la geopolítica y hasta ha determinado mi propia postura política actual.

Con los años uno se pone más permeable a lo que los genios han compuesto y comienza a leer u oír aquello que antes pasaba desapercibido al oído o a la vista, y cuando como profesional tengo la oportunidad de interpretar una ópera nueva no puedo evitar sumergirme hasta en lo más recóndito de la música y el texto.

Esto no solo ayuda a entender mejor al personaje que debo interpretar sino también a entender mejor todos los personajes de la obra.

Se parece mucho a una sesión de espiritismo de esas que uno ve en las películas; uno abre la partitura y debe estar permeable a todas aquellas señales que el compositor nos envía a través de su escritura desde el más allá, y esas “señales" llegan de muchas formas, algunas de manera mas obvia y otras muy encriptadas.

RS: Una obra creada a principios del Siglo XX, ¿porqué es un clásico y qué valor simbólico tiene representarla hoy en Uruguay?

AM: Los clásicos se transforman en clásicos cuando hablan de cosas que en los seres humanos son atemporales. Solemos confundir modernidad con “un tiempo mejor al que nos precedió”

Lo moderno no necesariamente es nuevo y mucho menos es necesariamente mejor. En muchos casos sí lo es, pero en muchísimos otros no. Y cuando uno ha estudiado la historia apartándose un poco de los relatos oficiales impuestos esto se hace más claro.

Con esto creo que quedo eximido de explicar por qué tiene tanto valor volver sobre los clásicos y representarlos en nuestros días.

Pensar que lo moderno es mejor nos lleva muchas veces a no contar la historia tal cual la narró el autor y querer cambiar su significado cuando en realidad deberíamos aceptar, con modestia, que pocas cosas han cambiado en la historia de la humanidad.

No nos damos cuenta que volviendo sobre el original logramos ser originales y hablar de nosotros en nuestro tiempo actual.

En pleno siglo XXI seguimos, como en Butterfly, sin entender a culturas diferentes a la nuestra, seguimos pretendiendo ver todo con el prisma propio, seguimos sin aceptar que el amor no está exento de intereses muchas veces egoístas y no nos damos cuenta que todo el tiempo estamos siendo empujados a tomar posturas radicales que no dan lugar a otras, ya que hasta las posturas vienen enlatadas como alimentos listos para comprar y consumir.

Pero dejando lo anterior de lado creo que alcanza volver a Butterfly tan solo por la belleza de su música y lo emotivo de su argumento.

Insisto que ya es hora de regresar a lo bello porque por lo feo ya hemos pasado y algunos creadores e interpretes actuales insisten con seguir mostrando lo feo.

Para mi son ellos los pasados de moda, aunque se crean vanguardistas.

La naturaleza y el cosmos insiste con buscar el orden y lo bello en todo, lo advertimos con la simple observación. El desorden y el caos son solo interludios para que todo regrese al orden y la belleza natural.

Sin embargo algunos insisten con hacer de lo feo y el desorden una corriente constante.

RS: ¿A qué debemos estar atentos con la partitura musical en esta obra?.

AM: Quiero ser muy llano en esta respuesta.

Invito al espectador de Butterfly a considerar lo visual como un elemento secundario y abrir sus oídos.

Esto no quiere decir que no se van a encontrar con una puesta en escena por demás hermosa, pero no deben por ello perderse de oír una partitura que tanto en lo vocal como en lo orquestal es un verdadero poema sinfónico donde las características de los personajes, sus sentimientos e interacciones están perfectamente descriptas en sonidos y melodías.

Los exhorto a poner en practica la memoria auditiva a corto plazo y a asociar el texto, que podrán seguir con los subtitulados, a lo que suena en la orquesta en ese mismo momento.

Descubrirán que cada personaje, cada situación, cada sentimiento de amor, angustia, dolor, desesperanza y hasta muerte tiene asociado un relato sonoro. Incluso los invito a constatar cómo luego de presentados esos relatos los mismos se repiten y superponen unos con otros una y otra vez conformando algo muy parecido a la vida misma pero narrado a través de la música.

RS: Cuéntanos algo de tu personaje y como lo compusiste.

AM: Mi personaje es el de Sharpless; Cónsul de los Estados Unidos en Nagasaki en el año 1900.

A simple vista parece ser un mero observador de la trama en la que un joven e inmaduro teniente de marina norteamericano (Benjamin Franklin Pinkerton) desposa a una joven Geisha de 15 años para luego volver a la mar y dejarla abandonada prometiéndole regresar.

Pero Sharpless es un poco más que eso. Es quién intenta advertir en principio que ese casamiento puede terminar mal, y también es quien intenta encontrar una aparente solución a la situación. En su “solución" se evidencia la postura de un diplomático que representa a una potencia que avasalla, un hombre que no toma en cuenta la dignidad de la mujer,

un típico diplomático que puede decir las peores cosas del modo más elegante posible.

Sharpless tiene momentos muy rudos desde el punto de vista del texto pero a los que Puccini asignó melodías muy elegantes, tal cual lo que se espera de un diplomático.

Para componerlo desde lo actoral, más allá de lo que el director de escena me propuso, tomé como modelo estético la figura de Joachim von Ribbentrop.

En la conferencia de prensa tus palabras fueron polémicas y sobre ese punto nos gustaría que profundizaras para los lectores del Portal APU.uy ese concepto sobre el amor de la protagonista Cio Cio San por un militar norteamericano, (que no casualmente lleva como nombre Benjamín Franklin Pinkerton) y su deseo de emigrar a los Estados Unidos. Por otro lado miles de seres humanos se agolpan en las fronteras de México justamente en estas horas. ¿Es caprichoso vincular estos dos hechos a 119 años de distancia entre ambos?

En nuestro presente se están dando varios fenómenos migratorios. Uno de ellos es el de la población latinoamericana emigrando a los EEUU, pero también estamos presenciando una sustitución del ciudadano europeo por ciudadanos que vienen escapando de las guerras de medio oriente. Los mismos que financian los bombardeos y la expoliación de los recursos naturales de esos países de medio Oriente son los que promueven la emigración de estos pueblos hacia Europa.

Nada de esto es nuevo porque desde hace muchísimos años las élites de poder instan a que los pueblos huyan de los horrores que ellas mismas provocan en esos territorios.

Es algo peor que el colonialismo, algo de una perversidad que ya ni ocultan al ojo de quien ve más allá de los llamados medios de comunicación.

Estas élites provocan el horror y ellas mismas se presentan como las proveedoras de la solución. Crean los conflictos políticos y financian las armas al mismo tiempo que ofrecen la salida o supuesta salvación a esos pueblos. Financian la emigración y financian las campañas que los medios de prensa llevan adelante para que los pueblos que reciben a los inocentes que llegan los reciban sin chistar.

Financian la tan en boga diversidad mientras ocultan un plan de mestizaje mundial que precisamente no respeta en absoluto la diversidad de los pueblos y la autonomía de las naciones.

Lo de Butterfly no es un caso del todo parecido. Se trata de una mujer que para salvar su dignidad de mujer y el hecho de no seguir siendo vendida como mercancía, en el primer acto a Pinkerton y en el segundo acto a un príncipe de nombre Yamadori, idealiza el amor que siente por su primer “comprador” aspirando a que este se la lleve a su país.

Esta visión que tengo sobre la geisha está contaminada por mi mirada de hombre occidental. Pero lo realmente interesante es lograr develar el misterio de por qué la propia mirada de ella sobre su cultura y su religión también está contaminada por una mirada acaso occidental.

 

 

 

 

 

 

Afiche de Madama Butterfly
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