
Deidades familiares, leyendas y demonios que vienen de la tradición oral prehispánica pueblan el bestiario argentino. La Biblioteca Nacional de Buenos Aires exhibió un muestrario de estas criaturas sobrenaturales que abarcó el formato de ensayos, literatura infantil, cuadros, films, dibujos, objetos, historietas, ordenados por regiones.
ALMA MULA es un ser que deambula en el imaginario de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero y La Rioja.
La cosmogonía diaguita, -pobladores originarios del noroeste argentino- tenían la dualidad como base, lo de arriba y lo de abajo, lo femenino y lo masculino. La Pachamama como dadora de vida pero también como la muerte.
En este caso, a la Alma Mula se le adosa la aparición del conquistador y sobre todo del cura. Toda mujer que osare entrar en contacto carnal con un cura se transformaría en una mula salvaje negra o marrón, de largas orejas corriendo desbocada echando fuego por la nariz arrastrando pesadas cadenas símbolo del pesado pecado y clamando a gritos de dolor por su liberación.
El que la mirare de frente morirá a patadas.
Esta maldición también les sobreviene a las mujeres que cometieran el pecado del incesto.
La leyenda cuenta que en La Rioja el gran caudillo federal Chacho Peñaloza (1798-1863) logró cubrir con su poncho las fauces de la mula salvaje, liberarla de sus cadenas y volverla a su estado de bella mujer.
También llamada como MULANIMA o MULA FRAILERA. Hay chacareras y tangos con el tema.
En Agosto de este año se presentó un film santiagueño de Juan Sebastián Torales que ya pasó por los festivales de Toronto, Berlin y Guadalajara.
Se puede ver el tráiler Almamula en youtube y que pronto veremos en las salas comerciales.