El Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF) reanudó el pasado lunes las excavaciones en el predio del Servicio de Material y Armamento (SMA), en búsqueda de restos de detenidos desaparecidos. Las actividades estuvieron frenadas durante dos años por un cable de alta tensión de UTE.
En el predio, lindero al Batallón 13 de Infantería, funcionó un Centro Clandestino de Detención y Torturas durante el terrorismo de Estado en el galpón N°4, conocido como 300 Carlos o Infierno Grande, donde estuvieron secuestradas más de 600 personas, entre octubre de 1975 y mayo de 1977, de las cuales ocho fueron desaparecidas.
En julio de 2022 se iniciaron las excavaciones, pero fueron interrumpidas luego de que la maquinaria topase con un cable de alta tensión de la UTE. Desde entonces entre el Ministerio de Defensa y la empresa de energía eléctrica se responsabilizaron mutuamente sin resolver el problema, frenando burocráticamente las tareas del equipo antropológico y como consecuencia entorpeciendo las investigaciones judiciales.
Rodrigo Bongiovanni, integrante del GIAF, nos explicó que el área cautelada abarca unos 8 mil metros cuadrados, y está ubicada detrás del galpón. Además agregó que para tomar la determinación de pedir una cautela tiene que haber una reiteración de relatos, de espacios y de imágenes. “Hay que ponderar un poco qué zonas se repiten, qué información se repite, qué es lo que nosotros vemos en las imágenes viejas, que tengan una correlación con los relatos, y a eso se le puede sumar información nueva o no. Cuando nosotros tenemos la convicción de que vale la pena hacerlo, ahí es cuando se piden las cautelas”.
Según el investigador, en la actualidad se realizan tareas de excavación que pretenden cubrir toda la superficie, “una trinchera pegada a la otra”. “Es la única cosa que nos dio resultado”, porque si “un metro no excavás, con la idea de que igual está cubierto, no podés saber si en este metro no hay algo, entonces por eso se hace una contigua a la otra sin dejar ni un centímetro sin excavar”. Y agregó: “La máquina es la que va haciendo las trincheras y nosotros vamos haciendo el control de los excavados, el registro de los excavados; se va llevando a un plano y si cualquier anomalía surge, se baja a la trinchera, se excava a mano, se limpia, se ve y se sigue y así, como muy rutinario”.
Mientras hablamos, se escuchaban de fondo las máquinas trabajando, pero Bongiovanni nos explicó que en ese momento se encontraba en el Batallón N°14 de Paracaidistas, que es uno de los tres predios donde el GIAF está trabajando. Además de las excavaciones en el SMA, el equipo de antropólogos está realizando tareas en el padrón de una cementera que se encuentra “al otro lado de la cañada”. “En aquel momento su uso era disputado, entonces no había claridad” de a quién pertenecía ese terreno, mencionó.
“Se ha vuelto a lugares que ya se habían excavado en la época anterior y hubo hallazgos, tanto acá como en el Batallón 13”, señaló Bongiovanni. Y aunque recalcó que ese predio “con la información que hay, ya está todo excavado”, aclaró que “si aparece otra información se volverá”. Recordemos que allí fueron encontrados los restos de Eduardo Bleier y de Fernando Miranda.