
Del 10 al 12 de noviembre se disputó en Carrasco Polo el Valentín Martínez para chicos de 8 a 17 años. Uruguay se vistió de rugby para recibir a más de 2 mil quinientos jóvenes de Sudamérica que jugaron la edición 30 del torneo, que compartió cartelera con la 17ª edición del María Noel Quintana de Hockey.
Jugadores, padres y cuerpos técnicos presenciaron los encuentros y la entrega de premios.
Aparte de las tiendas de cada delegación, estuvo la Plaza Valentín donde había puestos de comida, juegos y música en vivo.
Equipos participantes
En esta ocasión participaron: Arlequines, Cardos, Círculo de Tennis, CPBM-Chacras Rugby, DOBS, Hurling, Champagnat, Seminario, La Olla, Liceo Jubilar, Liceo Naval, Lions, Lobos, Los Cuervos, Los Tilos, Monte VI, Montevideo Cricket, Old Christians Club, PSG, Salto RC, Seminario, St. Brendans, Stella Maris, The British School y Titanes.
Ella espera
La ovalada se encontraba más pesada que de costumbre. En medio de la cancha, cubierta de barro, esperaba el comienzo de los encuentros. El primer día fue de partidos clasificatorios y se dio bajo una lluvia persistente que no amedrentó a los espectadores, y mucho menos a los jóvenes rugbiers.
“Ellos aman embarrarse” dijo una madre con cara de resignación.
Lo cierto es que ingresaban con sus equipos relucientes y al terminar eran todos del “equipo del barro”, dado que lucían impecablemente marrones.
Muchos países y una sola pasión
Como ya es habitual, en este torneo se reciben exponentes de varios países de Sudamérica. En esta oportunidad llegaron desde Argentina, Brasil, Paraguay y Chile.
Cada delegación con su característica, sus costumbres, las infinitas combinaciones de colores en sus camisetas, pero todos con la misma pasión.
No importó la lluvia, nada. El compartir los encuentros y luego los terceros tiempos, el cruce de teléfonos, Instagram, fotos, los hacía felices.
En la cancha, la disputa certera y pasional. Y luego un tiempo para el esparcimiento, los saludos y compartir algún refrigerio.
Los campeones
En rugby masculino, categoría M17 el Oro fue para Carrasco Polo Club, Plata para Old Christians Club. En M15 el máximo galardón fue también para Carrasco Polo y la plata se fue para Old Christians que fue representado por el colegio Stella Maris.
En la categoría M19 los encuentros tuvieron el carácter de amistoso.
Los cuerpos arbitrales
La Unión de Rugby del Uruguay (URU) aportó los réferis y toda la infraestructura logística, que compartieron con los organizadores (Carrasco Polo Club) y el personal tucumano que estuvo en la locución del evento y la designación de jueces para cada partido.
Dentro del staff se destacó la presencia de Mariana García, la única representante femenina dentro del arbitraje. Es venezolana y hace años que se incorporó al referato de Uruguay.
A cortarse el pelo
Una de las delegaciones extranjeras era la del Liceo Naval de Argentina. Vinieron los chicos, algunos padres y los responsables técnicos.
Con Hernán, el técnico de la M15, era además, peluquero. Como en Buenos Aires el campeonato de clubes ya terminó, los jóvenes podían “hacer locuras”.
Este año decidieron que esas locuras fueran en sus cabezas. Así los diseños más extravagantes lucían en sus cabecitas y llamaban la atención de todos.
El tiempo dio para todo
Las jornadas se extendieron por varias horas en cada una de las jornadas. Reposeras, viandas, sombrillas, bicicletas y más de una siestita daban color y marco al juego de los chicos.
En una carpa ubicada a un costado de las canchas, se ubicaba el cuerpo médico que estuvo todo el tiempo a disposición de los deportistas.
El cielo de Carrasco también tenía espectadores desde lo alto. Al tratarse de una zona cercana al aeropuerto, muchos aviones dibujaban sus líneas que servían para tomar más de una foto entre los presentes.
¡Qué sería del mudo sin abuelas!
En una de las delegaciones extranjeras se veía a una señora muy inquieta. Tomaba fotos, se corría de lugar, volvía a sacar fotos. Se sentaba y comentaba algo y volvía a correrse de lugar.
Lidia Rodríguez era una abuela bonaerense que venía a acompañar a su nieto Francisco Mancuso. “Yo de esto no entiendo nada”, dijo entre risas. “Pero ¿cómo me iba a perder la oportunidad de viajar con mi nieto?” sonrió.
El nieto, un encantador joven de sonrisa amplia, la abrazó emocionado y posaron para Portal APU.
Los invitamos a compartir los audios de la abuela Lidia, del Educador de la URU Gonzalo Ventoso y de uno de los jugadores del Liceo Naval.
















