Margarita Percovich fue una de las fundadoras del Plenario de Mujeres del Uruguay (Plemuu), en 1983. Aquel grupo pequeño salió a la calle el 8 de marzo de ese año, Día Internacional de la Mujer, a reclamar el cese de la dictadura y proponer cambios culturales y sociales.
Para recordar los comienzos de la lucha de las mujeres en dictadura, cuando “los hombres estaban presos”, y hacer un paralelismo con el 8M de la actualidad, el portal APU.Uy conversó con ella.
Hoy tiene 83 años, y una larga trayectoria: como dirigente del PLEMUU, senadora por el Frente Amplio, en la Red de Mujeres Políticas; y fue reconocida ciudadana ilustre de Montevideo, entre otras distinciones.
“El comienzo no fue fácil pero el grupo se mantuvo en el tiempo, porque las mujeres nos fuimos organizando, haciendo reclamos centrados en temas específicos y avanzando en propuestas concretas, e incluso en trabajos con los gobiernos, para ejecutar políticas públicas más efectivas para las mujeres”. Así sucedió durante años cuando el país retornó a la democracia.
Aquel puñado de mujeres, junto a otras organizaciones feministas, de las décadas del 80, 90 y 2000, lograron imponer el 8M en el país, como sucede en muchos otros países. Se grabó en la agenda el día de la mujer, creció en número y hoy en Uruguay -específicamente en Montevideo-, es multitudinaria la movilización que se vive.
Ahora las mujeres “expresan más su victimización, sus quejas y hacen menos propuestas, cuando el movimiento surgió para provocar cambios en la sociedad a partir de propuestas públicas”.
Para Percovich “las nuevas generaciones quizás perdieron un poco esa globalidad y se han centrado más en reivindicar los problemas de violencia, que son brutales y que se han acentuado”, pero les falta más unidad y “una agenda que golpee y logre un cambio cultural.
Somos una sociedad muy conservadora, al punto que cuando se hacen encuestas sobre quién debe encargarse del cuidado de los niños, de los enfermos, de los ancianos, siempre la mayoría absoluta dice que deben ser las familias, y por supuesto, dentro de las familias, las mujeres.
No solamente es la jefa de familia, sino que es la madre de la jefa de familia, y aparecen todas las abuelas, que si no fuera por ellas, habría menos inclusión de los chiquilines en el sistema educativo, en el sistema de salud, en el cuidado para trasladarse, para participar”.
A nivel gubernamental aquellas reivindicaciones de los 90, “los gobiernos las suscribieron, pero no las cumplen, no las ponen en práctica”.
El Plemuu sigue vigente, tiene su sede, sus integrantes y se han abierto paso muchas otras organizaciones de mujeres. Convocan, salen a la calle. El próximo viernes se cumple un nuevo 8M. Por ahora, se desconoce si habrá solo reclamos o también tendrá “agenda”.