El pasado 15 de setiembre, se realizó a nivel nacional un paro general organizado por el Pit-Cnt, pero que involucró a varias organizaciones de trabajadores y sociales. Contó con la participación de un centenar de personas que coparon las calles cercanas al Palacio Legislativo, y principalmente, la Avenida del Libertador. 

Acerca del desarrollo de esa jornada y de un hecho en particular que ocurrió en la obra de UPM, el presidente del SUNCA, Daniel Diverio, habló con el Portal APU.uy.

Acerca de la convocatoria del paro señala que, cuando los trabajadores de la construcción adoptan la medida de paralizar sus actividades, la totalidad de la industria hace una pausa. “No hay una sola obra que siga trabajando porque tenemos una gran convocatoria, en consecuencia, hay una actitud de plegarse a las medidas que define el sindicato en su colectivo.”

La obra de UPM, cuenta con más de cinco mil trabajadores activos y desde la misma llegaron al acto del 15 alrededor de 40 ómnibus. “Quedaron en la obra algunos compañeros de guardia gremial, para asegurar no solamente que no se trabaje, sino que no haya ningún tipo de riesgo vinculado con la seguridad” dice Diverio y describe una situación que los “sorprendió” en horas de la madrugada. Una empresa extranjera vinculada a la obra envió a sus trabajadores (también extranjeros) a “levantar una pieza muy pesada sin las condiciones de seguridad necesarias, porque estaban casi a oscuras” describe. 

Los obreros locales fueron los encargados de advertirles que no podían realizar la tarea que querían por dos razones: “estábamos en un paro de 24 horas, y en segundo lugar, porque las condiciones para hacer la tarea están lejos de que se puedan dar, por la seguridad. Eso hace que haya una provocación por parte de la empresa y un trabajador extranjero agredió a otro compañero nuestro.”

“La situación fue muy lamentable y por eso la denunciamos, pero fundamentalmente la actitud de estas empresas que intentan trasladar culturas que nosotros no acompañamos y rechazamos de forma profunda.”

El sindicalista expresa que hicieron los reclamos correspondientes a la empresa y al trabajador que realizo la agresión. “Estamos convencidos de que se trata de una maniobra de la empresa extranjera que viene con actitudes completamente diferentes a las que manejamos en Uruguay. Porque acá podremos tener muchas diferencias, pero discutimos de forma frontal, fraterna y resolvemos de forma colectiva.”