Por los bajos niveles hídricos se estableció una veda para la pesca comercial, deportiva y artesanal en horario nocturno hasta el 31 de diciembre de 2023.
La medida fue dispuesta por la Resolución N° 101/2022 de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) con la necesidad de regular la actividad de pesca ante las condiciones de bajante y el déficit de condiciones que presenta el Río Uruguay para la reproducción de las diferentes especies de peces de interés comercial y deportivo.
La regulación de la pesca tiene como objetivo la protección de la fauna íctica del río Uruguay. Es por ello que se estableció una veda para la pesca comercial, deportiva y artesanal en horario nocturno hasta el 31 de diciembre de 2023.
Además, los sábados y domingos, la veda será por 24 horas para la pesca comercial y artesanal. Sí está autorizada, durante toda la semana, la pesca deportiva en embarcaciones pero con devolución obligatoria de los peces capturados. También se permite la pesca deportiva con caña o línea desde la costa sin devolución obligatoria.
Estas disposiciones no aplican a la pesca con fines de subsistencia y la de investigación, requiriéndose para este último supuesto, la previa autorización de CARU.
Los límites
Esta resolución aplica a la jurisdicción de CARU, es decir, desde la desembocadura en el Río de la Plata hasta el kilómetro 498 donde finaliza la frontera entre Argentina y Uruguay.
Fundamentos
En los diversos informes de los asesores de CARU tanto de la Argentina como de Uruguay, al igual que los departamentos de Ambiente y de Hidrología se consideró que el río Uruguay, al igual que el Paraná, están sufriendo condiciones hidrológicas muy deficitarias para el éxito reproductivo de los peces. Además, en los trabajos de campo y relevamiento se observó una ausencia de peces juveniles de las especies de interés comercial y deportivo.
Por su parte, también se tuvo en cuenta que el río Paraná, con fuerte influencia sobre la pesca en el bajo río Uruguay, continúa muy por debajo de la situación de desborde de su llanura de inundación. Dicho escenario, inédito desde que se cuenta con registros, está cerca de cumplir cuatro años, tiempo equivalente –en duración- al que tardan los peces para alcanzar la talla de primera captura. Esto hace sugerir que podría haber un déficit de individuos nuevos incorporándose al stock de la pesquería en pocos años.
Otro elemento en consideración han sido las previsiones climáticas. Para la cuenca del río se prevé un trimestre con condiciones climáticas levemente deficitarias, con los modelos sugiriendo la persistencia de escenarios de “la niña” o “la niña débil”. Si bien se estima un nivel hidrométrico superior a los años anteriores, la mejora no es considerada como suficiente por la acumulación de temporadas de sequía.


