
El edadismo es una forma de discriminación relacionada a la edad de las personas. Quienes más la sufren hoy, son en su mayoría adultos mayores de más de sesenta años, aunque en nuestra sociedad también los jóvenes pueden, en algunos casos, ser víctimas de prejuicios relacionados a la edad.
El término fue acuñado en 1969 por el geriatra estadounidense Robert N. Butler, motivado por su experiencia como médico, al observar actitudes despreciativas hacia las personas mayores. Su preocupación tenía que ver tanto con las actitudes personales, como con las prácticas institucionales, por ejemplo, la negligencia médica.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el edadismo se entremezcla con otras formas de discriminación, como las relacionadas con el sexo, la raza y la discapacidad, y las exacerba.
Según se afirma en la página web de la OMS, existen tres estrategias que funcionan para reducir o eliminar el edadismo: las políticas y la legislación, las actividades educativas y las intervenciones intergeneracionales.
En relación a estas últimas, el psicoanalista y filósofo argentino Diego Vernazza, entiende que las actividades realizadas colaborativamente con la participación de personas con diferentes edades enriquece el conocimiento de nuestro entorno, ya que una sola generación no puede entender lo que pasa en su tiempo si no es con la ayuda de las anteriores.
En nuestro país, la Universidad de la República (UDELAR), está teniendo múltiples experiencias en este sentido. Desde hace ya mucho tiempo, facultades como la de Humanidades y Ciencias de la Educación, tiene en sus aulas personas jubiladas, muchas de las cuales han sido profesionales, docentes, o simplemente gente que luego de su jubilación se acerca a la universidad con ganas de aprender y de seguir aportando a la sociedad.
...impulsar la construcción de una sociedad más justa, donde el derecho a soñar y a hacer lo que nos hace felices no encuentre barreras de ningún tipo.
Una experiencia que puede inspirar a muchos es la de Gastón Sosa Michelena. Profesor de matemática y contabilidad desde 1978 en liceos como el IAVA y el 34 de Montevideo, así como también en UTU. Gastón se jubiló en el 2019. Después de las primeras incertidumbres relacionadas a la nueva etapa, se inscribió en la Facultad de Información y Comunicación (FIC) en el 2019, y hace pocos días, a los sesenta y siete años obtuvo su título de Licenciado. Al contar su experiencia en una facultad como la FIC, en la que el promedio de edad es entre los veinte y los treinta años, explica que uno de los factores que lo llevó a inscribirse fue su interés por el cine y la radio. Sobre como transitó su experiencia entre gente tan joven superando algunas miradas discriminatorias, Gastón se detiene en la importancia de conocer y participar en grupos con gente que, sin ser adultos mayores, superaba las edades promedio de la facultad. Así se formó el grupo “Los más treinta” que, según cuenta, fueron muy importantes para seguir adelante y superar los desafíos que presenta toda carrera universitaria. Mientras tanto, creó y dirigió todos los sábados el programa Café Cinema, aromas de película que se transmitía por radio Piriápolis. Este espacio abordaba el cine desde una perspectiva educativa y reflexiva, explorando temas sociales, históricos y pedagógicos a través del cine. Actualmente conduce el canal de YouTube Radio Fígaro, que continúa la tradición de Café Cinema con relación a su temática cinematográfica a la cual agrega otras temáticas culturales como viajes y gastronomía, entre otros.
Quizás deberíamos detenernos más en estas historias individuales de gente de a pie. Ellas ayudan a describir lo colectivo, a entender mejor quiénes somos y, sobre todo, a impulsar la construcción de una sociedad más justa, donde el derecho a soñar y a hacer lo que nos hace felices no encuentre barreras de ningún tipo.
