La campaña electoral en Uruguay para las elecciones de este 2024 se desarrolla en un ambiente de falta de entusiasmo. Este contexto de frialdad contrasta fuertemente con las épocas pasadas, donde figuras políticas emblemáticas lograban movilizar a amplios sectores de la sociedad.
Ahora, el país parece estar dividido entre quienes anhelan un cambio y quienes prefieren la estabilidad, ante el temor de que cualquier transformación implique riesgos innecesarios. En diálogo con Portal APU.uy el director de Factum, Eduardo Bottinelli rescató varios aspectos medulares que están definiendo esta campaña electoral de cara a octubre y, posiblemente noviembre.
La decisión del Frente Amplio de definir rápidamente su fórmula presidencial no ha bastado para unificar a su electorado. El ambiente de campaña está marcado por la pasividad, la falta de cohesión y el impacto negativo que estos factores han tenido en su proyección electoral.
Mientras tanto, Álvaro Delgado, candidato de la coalición gobernante, enfrenta críticas por su participación en controversias recientes, aunque su postura de continuidad aún resuena con una parte considerable del electorado, puntualizó Bottinelli.
En medio de esta contienda, los plebiscitos relacionados con la seguridad social y los allanamientos nocturnos han añadido un nuevo eje de debate que polariza aún más a la población.
A su vez, la crisis en Venezuela ha llegado a influir en las preferencias de algunos votantes, quienes temen que la situación económica y política del país vecino pueda replicarse en Uruguay si no se toman las decisiones correctas en las urnas.
La seguridad pública y la economía son dos de las principales preocupaciones de los ciudadanos, quienes buscan respuestas concretas en las propuestas de los candidatos.
Si bien los bloques políticos han mantenido una relativa estabilidad, los cambios sutiles en la preferencia hacia partidos como Cabildo Abierto y el Partido Colorado sugieren que el panorama electoral se está moviendo a la interna de la Coalición más que en captar votantes desde fuera.
Captar el voto de los indecisos será clave para definir la elección. Bottinelli prevé una casi segura segunda vuelta, ya que las preferencias de los votantes no parecen concentrarse en un solo candidato. Este escenario abre un abanico de posibilidades y deja la puerta abierta para que cualquiera de las fuerzas políticas pueda remontar en las semanas finales de campaña.
Con la recta final a la vista, el desafío para los candidatos será movilizar a un electorado cada vez más desencantado. En este contexto, lograr una conexión más cercana con la ciudadanía y ofrecer propuestas viables y contundentes se perfila como la clave para alcanzar la victoria.
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