
José Mujica es, a pesar de las controversias que pueda haber generado y de las diatribas recibidas, una persona que trascenderá en la historia de su país y del mundo. Su personalidad y hasta si se quiere su personaje, han sido de tal magnitud, que el paso de los años y la distancia de su contemporaneidad sólo habrán de magnificar su figura.
El “Pepe” como popularmente se lo conoce, ha dicho y reiterado un concepto con el que se lo puede perfectamente identificar: “con mucha profundidad comprendimos, por el proceso de nuestra larga vida, que había que vivir como se piensa, porque siempre se corre el innato peligro de pensar como se vive”. Esa premisa, en apariencia tan simple, encierra una sabiduría que tiene una profundidad arraigada en lo más profundo de su ser.
Con palabras similares esto mismo ha tratado de trasmitírselo a las generaciones más jóvenes. Y también en su inolvidable discurso ante las Naciones Unidas cuando afirmaba que:
“El combate a la economía sucia, al narcotráfico, a la estafa, el fraude y la corrupción, plagas contemporáneas, prohijadas por ese antivalor, ese que sostiene que somos felices si nos enriquecemos sea como sea. Hemos sacrificado los viejos dioses inmateriales. Les ocupamos el templo con el dios mercado, que nos organiza la economía, la política, los hábitos, la vida y hasta nos financia en cuotas y tarjetas la apariencia de felicidad.
Parecería que hemos nacido solo para consumir y consumir, y cuando no podemos cargamos con la frustración, la pobreza, y hasta la autoexclusión.
Lo cierto hoy es que para gastar y enterrar los detritos en eso que se llama la huella de carbono por la ciencia, si aspiramos en esta humanidad a consumir como un americano medio promedio, sería imprescindible tres planetas para poder vivir”.
Y más adelante agregaba:
“El hombrecito promedio de nuestras grandes ciudades, deambula entre las financieras y el tedio rutinario de las oficinas, a veces atemperadas con aire acondicionado. Siempre sueña con las vacaciones y la libertad, siempre sueña con concluir las cuentas, hasta que un día, el corazón se para, y adiós. Habrá otro soldado cubriendo las fauces del mercado, asegurando la acumulación. La crisis se hace impotencia, la impotencia de la política, incapaz de entender que la humanidad no se escapa, ni se escapará del sentimiento de nación; sentimiento que casi está incrustado en nuestro código genético”.
Mujica nació en 1935, paradojalmente, un 20 de mayo, fecha que luego quedara marcada para la historia por el asesinato de los dirigentes políticos Héctor Gutierrez Ruiz, Zelmar Michelini, y los militantes Rosario Barredo y William Whitelaw. Y luego, en recuerdo de todas las personas detenidas y desaparecidas durante la dictadura cívicomilitar de Uruguay, en esa fecha se realiza año tras año, la “marcha del silencio”.
Hijo de familias migrantes de origen vasco e italiano su carácter se forjó, seguramente, entre la dualidad que marcaba la revolución de Aparicio Saravia y el herrerismo, lo cual lo situó tempranamente en filas del Partido Nacional.
En los inicios de su vida política integró el equipo de Enrique Erro cuando fue Ministro de Trabajo en el gobierno electo en 1958. Ambos abandonarían, cuatro años más tarde, las filas nacionalistas creando la Unión Popular.
Lejos están hoy sus tiempos de ciclista y en cambio se lo ve transitar cansinamente en su chacra montado en uno de sus dos tractores. Uno, más moderno, tiene “un montón de chiches” afirma, aludiendo a la tecnología que posee el mismo. No obstante el no duda en preferir el otro, más viejo, “porque yo puedo meterle mano y arreglarlo”, comenta entre risas.
No obstante su vida estuvo mucho tiempo privada de sonrisas. En la década del sesenta integró el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), y por esa pertenencia y las acciones derivadas de la misma, estuvo preso durante quince años. Entre 1972 y 1985 fue uno de los llamados “rehenes de esa dictadura cívico-militar y como tal sometido a crueles torturas, aislamiento y privaciones de todo tipo mientras era trasladado por distintos centros de reclusión en todo el territorio nacional y abandonado durante largos períodos en un “aljibe”.
Una vez recuperada la democracia, en 1989 fue electo diputado y más adelante senador por el Frente Amplio. Ya en el primer gobierno de esta fuerza política fue ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca entre 2005 y 2008.
Histórico integrante del MLN-T, creó junto a otros referentes de ese grupo, el Movimiento de Participación Popular (MPP), dentro del Frente Amplio a través del cual participó hasta su fallecimiento como su líder natural. Desde la creación ese sector pensado como estrategia de acumulación, fue el más votado del FA en todas las elecciones nacionales, constituyéndose en un aporte fundamental para la obtención del gobierno nacional.
El 22 de noviembre de 2009, en segunda vuelta electoral, Mujica obtiene la presidencia con más de un 52% de los votos emitidos. En el acto realizado sobre la rambla con la ciudad como telón de fondo y acompañado por una verdadera multitud hizo un fuerte llamado a la unidad.
En su gobierno se avanzó en políticas sociales logrando una histórica reducción de la pobreza y el nivel de desigualdad más bajo en la historia del país, logrando además un récord histórico en la baja de la tasa del desempleo y un aumento de los ingresos y del salario mínimo en Uruguay-
Se avanzó en la descentralización de la educación y se proyectó la creación de la Universidad Tecnológica (UTEC). Se logró la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo y la regularización del cannabis.
Asimismo se consolidó la diversificación energética y se creó el Plan Juntos que posibilitó la construcción de miles de viviendas
No obstante en este punto dijo que lo dejaron solo y lo reprochó en más de una ocasión a la interna de su partido. Se refería a la iniciativa de aportar parte del salario para poder construir aún más viviendas y contribuir con abatir los índices de pobreza.
En general ha sido, durante sus años de mayor exposición pública, tan elogiado en el mundo como vilipendiado en su propio país, aunque mantuvo su liderazgo en buena parte de la población. Seguramente lo que ha hecho de “el Pepe” un caso de admiración dentro y fuera de las fronteras de su país, ha sido su apego a lo que preconiza. La humildad en el existir y la intención de no ser cooptado por el consumismo lo ha practicado con firmeza y convicción casi únicas.
En Uruguay se lo ha mencionado también como un “bicho político”, aludiendo a prácticas de diálogo y negociación que también muestran que discurso y práctica han ido, en su caso, siempre de la mano. No obstante eso no le quitó firmeza a la hora de defender sus ideales y convicciones.
Entonces uno se pregunta, ¿cómo sería el Pepe en su intimidad? Refunfuñón y osco a veces, no abandonaba la ternura jamás, como preconizaba “el Che”. Hablando sobre su relación con Lucía, su esposa, confesó que nunca tuvieron una discusión en la que uno quedara enojado u ofendido con el otro.
Sin duda que no todo lo que hizo será compartible, aunque todo lo que hizo, trató de compartirlo.
José Alberto Mujica Cordano, el que también fuera el "Comandante Facundo" en sus épocas de la clandestinidad, será para siempre "Pepe" en el corazón de su pueblo.