08 de Junio del 2021
Sala de Redacción
Ollas Populares, una visión del interior del país
Dar una mano, de vecino a vecino
Padre e hija, legado solidario.
Foto: Ángela Benavente

Instalar una olla popular es un gran emprendimiento colectivo que implica desarrollar una gran infraestructura, y que supone el compromiso de hacer ingentes esfuerzos por mantenerlo en el tiempo. Habitualmente comentamos experiencias de las ollas que funcionan en Montevideo. Hoy compartimos una experiencia del interior, más concretamente de la ciudad de Dolores - Soriano.


La idea de hacer una olla popular en Dolores surgió el año pasado frente a la crisis social que vivían los vecinos de que quedaron sin sus trabajos debido a la pandemia de la Covid-19. 
En charlas con el Portal Apu.uy Hugo Gérez nos cuenta la necesidad interna de hacer algo para ayudar a la gente que la estába pasando mal y así es que en abril del 2020 surgió la idea de hablar con los vecinos para juntar alimentos, comenzar a cocinar y poder llevar un plato de comida a quienes lo necesitaban. En ese momento se obtuvieron varias donaciones incluso de "doloreños" que viven actualmente en EEUU y así se pudo ofrecer un plato de comida dos veces por semana. También se consiguió donaciones de leche que permitió que, los sábados a la tarde, se pudiera compartir arroz con leche y tortas fritas . 

Los vecinos son quienes no solamente aportan comestibles, sino que ellos mismos saben quien necesita y así en 2020 pudieron llegar a más personas de las que se tenía estimado al principio. En abril se comenzó con 60 porciones aproximadamente y se finalizó el mes de agosto con 120.

Silvia, hija de Hugo, nos comenta que se realizó una integración de la gente del barrio Danubio, coordinado por Juanita (su mamá) quien repartía verduras en las distintas casas para descentralizar los quehaceres que implican cocinar para varias personas, (pelar/cortar/picar) lo cual fue muy bueno ya que llevó a mayor compromiso empoderando  a cada uno/una en tomar parte de esta acción solidaria. Este hecho generó la participación de personas que necesitaban recurrir a la olla y personas que no, además de mantener las distancias necesarias ya que en el galpón de la casa sólo habían dos personas cocinando.

En 2020 la olla funcionó dos veces a la semana y los sábados se servía una merienda. Para el día del nio Juanita preparó una gran torta y además sorpresitas con golosinas para darles a todos los niños que comían de la olla entre semana los cuales eran, en algunos casos, 5 o 6 por familia. Para este año si se mantiene la donación de leche, en lugar de servir la merienda de los sábados, se distribuirá entre las familias priorizando aquellas con niños ya que bien se sabe una taza de leche suplanta, en muchos casos, una comida.

En la zona hay muchas lecherías por lo que fue bastante fácil conseguir las donaciones. "Jamás nos dijeron que no", afirma Hugo. Silviaagrega que como hay más donantes, se decidió ir rotando semanalmente para no hacer pesada la carga del donativo.

"Vamos haciendo camino al andar..nos resulta más fácil este año y estamos tratando de mejorar lo que pudo salir mal, pero poniendo lo mejor de cada uno para que la comida sea la misma que le presentarías a tu familia, con ese amor que no lo podes dejar", dice Hugo con orgullo y compromiso.

Camilo Zino, que es parte del Equipo de coordinadores de ollas populares y merenderos del Uruguay de UdelaR, afirma que en Montevideo en muchas ollas se cocina casi sin carne. En Dolores la realidad es diferente, es más fácil de conseguir aun cuando ese insumo es caro para todos. El año pasado una sola persona donó la carne cnecesaria durante todo el tiempo que funcionó la olla.

El origen de las donaciones, según explica no tiene apoyo estatal, tampoco hubo ayuda de lal Intendencia ni de partidos políticos. Todas llegaron desde personas de la comunidad. Aun así, cuando llegó el momento de dar cierre el año pasado quedó dinero que fue repartido entre otras ollas que siguieron funcionando.

Ante la consulta de si hay otras ollas activas en la actualidad, Hugo afirma que "hoy por hoy funciona una que no paró nunca que es un grupo de gente del ámbito del fútbol quienes siempre están realizando movidas sociales, les
llaman ¨La Criminal" y dan comida una vez por semana, (también) empezó otra olla en el club River quienes tienen merendero pero este año comenzaron con una olla". Explica, ademas, que "la experiencia del año pasado nos encuentra mejor organizados esta vez. El lunes 31 empezamos a dar comida 3 veces por semana, demoramos en arrancar porque la epidemia está cada vez peor y no queremos generar aglomeraciones de filas y gente, pero el hambre está cada vez peor".

El grupo que está trabajando para la olla comenzó a recorrer casas de las personas que asistieron el año pasado y las fueron registrando, en una suerte de camino de hormigas. "Vamos haciendo camino al andar..nos resulta más fácil este año y estamos tratando de mejorar lo que pudo salir mal, pero poniendo lo mejor de cada uno para que la comida sea la misma que le presentarías a tu familia, con ese amor que no lo podes dejar" explica Hugo.

Silvia se refiere a otro aspecto de fundamental importancia como lo es la limpieza, en lo previo, durante y luego del  reparto de la comida, ya que la situación que se vive requiere de alta responsabilidad por parte de quienes organizan no sólo para cuidar a los que llegan sino para cuidarse a ellos mismos -en reto amoroso a sus padres- ya que la mayoría detrás de la olla son veteranos que deben cuidarse mucho más de lo que lo hacen. 

En el proceso de entrega siempre se intentó acelerar con rigurosidad de protocolo- alcohol y entrega de tapabocas ya que también por suerte se recibió este tipo de donación- que vino bárbaro ya que al comienzo de la pandemia no todos tenían su tapaboca de tela y comprarlo no era una opción posible.

Como reflexión final Hugo nos cuenta lo feliz y afortunado que se siente de poder hacer esto para los demás mientras que Silvia, además de apoyar este sentimiento de su padre, nos comenta la tristeza que le causa que nos toque tener que atravesar esta situación: "mas allá que al finalizar el día nos genere satisfacción que todos se pudieron llevar su plato calentito para su casa, es triste que lo necesiten.."