
Las nuevas generaciones parecen ser las que están más preparadas para el mercado laboral. Manejan con mayor facilidad las nuevas tecnologías, tienen más acceso (no quiere decir más posibilidades) para aprender oficios, tecnicaturas, profesiones. Lo increíble es que no les va bien en el trabajo.
En un informe estadístico que brindó en TV Ciudad el economista Germán Deagosto sobre endeudamiento y empleo juvenil, expuso un panorama poco alentador.
El Portal APU.Uy lo contactó para hablar sobre el mercado laboral de los jóvenes y lo primero que aclaró es que el Instituto Nacional de Estadística (INE), establece en 14 años la edad mínima para ingresar a trabajar. “Jóvenes para el INE, son los que van de 14 a 24 años”.
-¿Qué población padece más el desempleo?
-La tasa de actividad en Uruguay es del 64% (tengan o no trabajo). El desempleo alcanza el 8,6%, y de ese porcentaje el 27% son jóvenes. Es decir, casi el 30% de los jóvenes hoy está buscando trabajo, sin conseguirlo. Los jóvenes tienen menos posibilidades en la oferta laboral.
Ellos están más preparados para adaptarse a los cambios que está procesando la economía, en particular por lo que es la revolución tecnológica. Pero, cuando uno mira para atrás, surge que esas brechas son estructurales. Es decir, son persistentes en el tiempo y hablan que de alguna manera no tenemos los mecanismos aceitados para incorporar saludablemente a los jóvenes cuando van cumpliendo la mayoría de edad y tienen que incorporarse al mercado de trabajo.
-¿Por qué?
-Por el tema de las habilidades no debería ser. De alguna manera, la razón está más vinculada quizá a la incapacidad que hemos tenido de establecer políticas de empleo, porque de alguna manera la forma en que las personas nos insertamos al mercado laboral es determinante para lo que va a ser nuestra perspectiva de salarios, de oportunidades de empleo. Entonces, si te insertas mal al mercado laboral, tu trayectoria va a ser muy distinta a la de alguien que se insertó bien. Y eso naturalmente es complicado de conciliar.
Uruguay no se ha subido a esa ola de la cuarta revolución industrial, al punto de que el joven pueda tener una suerte de empleo tecnológico. Me parece que el problema de empleo en los jóvenes se ha ido acentuando con el tiempo y, por ende, habla de dificultades estructurales para lograr su primera experiencia laboral, para ir creciendo en lo que es trayectoria profesional, técnica, o de oficios. Piden jóvenes con experiencia y no la tienen, porque no los toman. Hoy tenemos casi uno de cada tres jóvenes buscando trabajado sin conseguirlo. Faltan herramientas, incentivos a las empresas para que contraten jóvenes.
-¿Se crean menos empresas? ¿Hay empresas con muchos años en el mercado y no renuevan su personal? ¿No confían en los jóvenes?
-Son muchos los factores. Lo importante es entender que no es algo característico en Uruguay caso post pandemia, o del Uruguay de 2023, es una característica estructural, que también se ve en otros países. La realidad es que la persona va a ir mejorando su currículum, sus habilidades, su experiencia, si le dan trabajo. Y eso, a su vez, le abrirá más oportunidades, sufrirá menos precariedad, mejorará empleo, participará más en el mercado y con mejor salario.
-¿Cómo están en cuánto a salario?
-Los jóvenes tienen una tasa alta de informalidad y salarios sumergidos. El Instituto Cuesta Duarte dice que un salario sumergido es cuando el joven gana menos de 25 mil pesos líquidos. El 56% gana menos de 25 mil pesos. Es un problema que tiene que resolver el país porque, en perspectiva ¿qué será de esos jóvenes de hoy dentro de diez, quince, veinte años…?