Este nuevo Congreso de la FUS, como los que lo precedieron, tiene como cometido definir el programa, la plataforma reivindicativa, la orientación y la conducción que va a tener el gremio en los próximos tres años.

Las preocupaciones tienen, como punto de partida, la negociación en los subgrupos de los Consejos de Salarios, en un marco de negociación salarial donde el gobierno fijó “pautas que son de pérdida de salario”. En ese contexto el convenio colectivo que se firmó en el 2020 y que vence en junio del 2022 por el cual las empresas se comprometieron a no despedir trabajadores por reestructuras, mientras dure la pandemia, es considerado una victoria para la FUS.

Pero también advierten otros aspectos que considera imprescindible abordar como el referéndum para derogar 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC) y que, al igual que algunos politólogos, lo menciona como una “elección de medio tiempo”. Otro tema es el de la elección de los representantes de los trabajadores y de los usuarios en el Banco de Previsión Social (BPS).

Sobre estos aspectos Bermúdez comenta que el Congreso definió que, “donde pueda haber un atisbo de vulnerar los derechos de los trabajadores, hay que ir a defender ese espacio, porque la derecha y el neoliberalismo viene a ocupar esos espacios. Es un gobierno contrario a los intereses populares”, afirmó.

"Las multinacionales del medicamento son emporios empresariales que lucran con la salud de los pueblos del mundo".

En lo referido a los trabajadores de la salud el dirigente sindical recuerda, una vez más, que han sido los que enfrentaron el mayor riesgo en este tiempo de pandemia y  junto con la Federación Uruguaya de la Salud y con la Federación de Funcionarios de Salud Pública, forman parte de una alianza estratégica.

Al hablar de la COVID-19 se detuvo en el rol que han tenido las multinacionales del medicamento a las que definió como “emporios empresariales que lucran con la salud de los pueblos del mundo”. Y en ese sentido planteó las desigualdades que hay en el mundo donde por un lado está el ejemplo de Canadá, país que tiene tres veces el número de vacunas que debería necesitar para su población, contrastado con Haití donde la mayoría de su población no tiene ni la primera dosis.

Y nuevamente instado en nuestro país surgió el tema de la dotación del personal de la salud que es insuficiente para atender las necesidades de la población lo que se suma a que no cuentan con las condiciones laborales que deberían tener.

En este punto comparó lo que sucedió durante los anteriores gobiernos donde, precisamente los trabajadores de la salud, tuvieron un crecimiento real en sus salarios por encima del 54%, mientras que la realidad cambió sustancialmente en dos años de este “gobierno de derecha, (que tiene) una política de ajuste que plantea defender el grado inversor y bajar el déficit fiscal, sin generar ninguna política  pública de empleo”.

Por eso entiende que los trabajadores nucleados en la FUS ratificaron una conducción que ya lleva cerca de 23 años y que es un “espacio muy amplio de compañeras y compañeros de todo el país” y que trabajan con metas bien definidas como