27 de Septiembre del 2025
Nancy Banchero
Entrevista al subsecretario de Trabajo, Hugo Barreto
Empleo: “el partido” empieza a jugarse el 1 de enero con el nuevo presupuesto
Subsecretario Hugo Barreto
Subsecretario Hugo Barreto
Foto extraída de sus redes sociales

Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) la desocupación ronda en el “8%”, mientras surgen noticias de cierre o reducción de personal por parte de empresas de volúmenes importantes en cuanto al empleo de mano de obra.

Hay preocupación por la falta de trabajo.

¿Qué se prevé a futuro?, tema sobre el cual el subsecretario del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Hugo Barreto conversó con el Portal APU.uy.

–Se observa un incremento de empresas que cierran o reducen personal desde marzo. ¿Es así?

–Sí, llama la atención la sucesión de cierres a partir de un período que podemos ubicar desde los días previos al 1 de marzo de este año y todo lo que se desencadenó posteriormente. En algunos casos responde a situaciones cíclicas, como en la industria frigorífica, donde desde hace años ciertas empresas mantienen trabajadores en seguro de paro, alternando planteles dentro de grandes grupos. En el sector lácteo, varias empresas arrastraban crisis anteriores y ahora desembocaron en cierres o fuertes ajustes de personal, como ocurrió con Claldy. En todos los casos, debemos verificar las condiciones en que se realizan esos ajustes. Que estén justificados y no respondan a actitudes antisindicales, es decir, que no se aproveche la reestructura para despedir a trabajadores sindicalizados. También es fundamental que exista un tiempo razonable de preaviso antes de concretar los despidos.

–¿Ese preaviso ya estaba contemplado en la legislación anterior?

–Lo que quiero señalar es que allí tenemos un problema. En algunos casos, las empresas realizan gestiones previas en el Ministerio de Trabajo, antes de tomar decisiones, lo que permite buscar alternativas y evitar despidos. Pero en otros, los ceses se comunican casi por WhatsApp. Eso no solo impide la intervención del Ministerio, sino que además resulta ofensivo para el trabajador. Una persona puede llevar años en una empresa y no merece ser despedida mediante un mensaje de WhatsApp.

–Como ejemplo está Copagran, mientras un trabajador negociaba con la empresa por sus compañeros, cuando salió de la reunión, 39 empleados ya estaban despedidos por WhatsApp.

–Esa situación refleja la complejidad de los procedimientos que algunas empresas adoptan. Por eso debemos ser especialmente cuidadosos en que no se afecten derechos sindicales y que las comunicaciones permitan al Ministerio intervenir a tiempo. Un despido comunicado por WhatsApp es sorpresivo y lesivo para la persona trabajadora.

–¿Cómo se revierten esta situaciones de cierres?

–Existen proyectos y programas que todavía no se han implementado. Todas las disposiciones vinculadas al incentivo del trabajo y la producción, que requieren recursos presupuestales, recién podrán ejecutarse el año próximo, con el presupuesto del nuevo gobierno. En ese sentido, parte del “partido”, si se me permite decirlo así, comienza a jugarse el 1 de enero próximo. Desde el Ministerio ya se han impulsado iniciativas, como el programa Uruguay Impulsa, que retoma experiencias anteriores con mejoras en el tiempo de trabajo, el ingreso y la duración. No es una solución total, pero sí un paso.

–Pero fueron 5.500 puestos para más de 100.000 inscriptos.

–Exacto, no es una panacea. Son programas que hemos podido implementar en las condiciones actuales. Además, estamos trabajando en un Plan Nacional de Empleo, construido desde el territorio, con entrevistas a actores sociales y fuerzas vivas en distintas ciudades del interior. La idea es que no sea una política diseñada desde un escritorio en Montevideo, sino que refleje necesidades regionales y sectoriales. Este gobierno también incentivará inversiones, especialmente a partir del nuevo presupuesto. Y paralelamente se están ejecutando políticas de formación profesional a través de Inefop, que tiene recursos propios. La formación debe responder a necesidades reales de cada territorio; no se trata de multiplicar cursos sin relación con la demanda laboral.

–¿Se piensa en obras públicas para dinamizar el trabajo?

–Sí, son una herramienta que genera beneficios múltiples: empleo directo, empleos indirectos y mejoras concretas para las poblaciones. Es un aspecto en el que también estamos trabajando.