Roberto Saban: Sos matemático y cientista social, no experto en clima, ¿pero a que atribuís esta increíble ola de calor que se vive en el hemisferio norte en estos tiempos?

Rodrigo Arocena: Subrayo lo que se menciona en la pregunta: respecto al clima soy un lego, eso sí, muy preocupado con los riesgos que se anticipan desde hace tiempo, y que ya han empezado a concretarse. Los científicos especializados en esta problemática han explicado durante años que uno de los efectos del cambio climático tiene que ver con las olas de calor: serán más largas, más intensas, más frecuentes. Eso es lo que parece estar ocurriendo en el hemisferio norte desde hace varias semanas. Las explicaciones deben buscarse en los textos – muy variados, largos y detallados o cortos y sintéticos – escritos por quienes estudian estos fenómenos. Entre las muchas personas seriamente dedicadas a la tarea se destaca el muy amplio contingente de especialistas que forman parte del Panel Internacional sobre el
Cambio Climático.

RS: Hay sectores "negacionistas" del cambio climático. ¿Qué poderosos intereses hacen que la contaminación ambiental no sea detenida de una buena vez?

RA: Por lo que yo entiendo, que no es mucho, el problema está lejos de tener soluciones completas, rápidas y sencillas. El transporte usa, en medida muy grande, combustibles fósiles altamente contaminantes. Hay una transición energética importante en curso, pero las regiones con planes más ambiciosos en la materia no prevén suprimir el transporte a nafta antes de que pasen varios años. A las dificultades objetivas para suprimir la contaminación ambiental se suman los
variados intereses opuestos a los cambios imprescindibles.

Por ejemplo, las grandes empresas petroleras hacen hoy algo parecido a lo que han venido haciendo durante largo tiempo las empresas tabacaleras: a sabiendas de que fumar es nocivo, y en especial cancerígeno, lo negaron sistemáticamente, con todo su poder propagandístico basado en la riqueza e incluso financiando a científicos sin conciencia para que defendieran sus posiciones.

En este tema, lo más preocupante es el amplio apoyo que han conseguido el
“trumpismo” y sectores afines en su denuncia de lo que llaman “la falsa ciencia del
cambio climático”. Varias derechas autoritarias se están constituyendo en obstáculos
mayores para enfrentar la contaminación ambiental.

RS: Los gobiernos hacen lo imposible por crecer económicamente. No ponen mucho énfasis en políticas de protección del medio ambiente. ¿Porque hay que siempre marcar cifras de crecimiento como el ideal?

RA: Esta es una cuestión clave, en lo económico y en lo político así como también en lo
ideológico. Todos los gobiernos, cualquiera sea su programa, atienden primordialmente al crecimiento económico. ¿Por qué? Es bastante notorio que, en las etapas de decrecimiento económico o recesión, quienes encabezan los gobiernos pierden apoyo y hasta pueden perder sus cargos. Desde hace mucho tiempo destacados economistas – como por ejemplo Amartya Sen y Joseph Stiglitz – vienen explicando que el Producto Bruto Interno (PBI) es una mala medida del bienestar.

Por ejemplo: si se producen muchas más armas, sube el PBI; si se cierra una fábrica contaminante, baja el PBI.

Pero no menos cierto es que, por lo general, una drástica caída del PBI se vincula con
alzas del desempleo y de la pobreza; recordemos la crisis uruguaya de 2002. Casos
menos dramáticos y muy frecuentes son los de gobiernos que pierden las elecciones
cuando el crecimiento económico se interrumpe o revierte. En esto tienen que ver
aspectos ideológicos: ¿quiénes no valoramos altamente las posibilidades o promesas de poder consumir más? Pero también inciden asuntos menos discutibles: ¿cuántas
necesidades básicas insatisfechas se agravan, por lo general, cuando cae el PBI?
Combinar protección ambiental y mejora integral de la calidad de vida, priorizando a los sectores más postergados, exige creo una transformación muy profunda de la
producción, la distribución y el consumo?

RS: ¿En un momento decís para esta nota del Portal de APU.uy ¨lo de hoy es un
juego de niños comparado a lo que se viene¨ ¿Podrías imaginar o describir a que
escenario te estas refiriendo?

RA: La contratapa del último número de Brecha informa que en Estados Unidos la
temporada de incendios forestales es casi dos veces y media más larga que hace 50
años, fenómeno directamente vinculado con el cambio climático, previéndose que en
unos 20 años más de 50 millones de viviendas se encuentren a menos de un kilómetro
de las áreas de incendio.

¨The Guardian¨ informa que la atención en grandes hospitales de Gran Bretaña se vio
seriamente resentida días atrás porque la ola de calor afectó el funcionamiento de las
computadoras, fenómeno perverso que podría extenderse a las más diversas actividades. ¨Le Monde¨ informa que en Francia se padece una sequía que ya el 17 de julio pasado batió el record de duración, con efectos agravados por las sucesivas olas de calor. ¿Qué pasará si la tendencia se mantiene? ¿Qué pasa ya hoy en países que no disponen de los recursos monetarios, las capacidades estatales y las herramientas tecnológicas que tiene Francia para paliar esos desastres?

RS: Podrias darnos algunos ejemplos de que sería para ti producir con menos costos ambientales y menos recursos naturales ahora que se retacea el gas y vuelve el carbón al escenario energético.

RA: Puedo ser bien breve: un ejemplo mayor es la sustitución en gran medida de los
combustibles fósiles por la energía eólica para producir electricidad. ¿Dónde pasó eso? Por ejemplo, en Uruguay. Gustavo Petro y Francia Márquez han asumido el gobierno de Colombia levantando un proyecto de nuevo desarrollo basado en el conocimiento para proteger el ambiente y mejorar las condiciones de vida de la gente, especialmente la más carenciada. Anuncian una transformación para la inclusión social y la sustentabilidad ambiental.