22 de Marzo del 2025
Alicia Ortega
Entrevista especial con Pablo Barletta
Innovación y tradición en el Carnaval 2025, la apuesta desde la intendencia de Montevideo
Montevideo vibró al ritmo del carnaval. La fiesta popular más importante del país ya dejó su huella en el 2025 y, como cada año, trajo consigo emociones, debates y desafíos.
Foto: Cortesía Cultura IM

Montevideo vibró al ritmo del carnaval. La fiesta popular más importante del país ya dejó su huella en el 2025 y, como cada año, trajo consigo emociones, debates y desafíos. 

 

El Carnaval es mucho más que una fiesta: es una manifestación cultural que cada año reúne a miles de personas en tablados, escenarios y desfiles. Pero detrás de cada espectáculo hay un enorme trabajo de planificación y coordinación. 

Para conocer de primera mano cómo fue el desarrollo de esta edición y qué aprendizajes deja para el futuro, conversamos con Pablo Barletta, Gerente de Festejos y Espectáculos de la Intendencia de Montevideo, quien supervisa la organización de los principales eventos culturales de la ciudad y lleva consigo la tarea de mantener viva esta tradición año tras año.

Barletta, lleva al frente de la gerencia de Eventos y Festejos desde el año 2020, con una formación en ingeniería industrial de la UdelaR y un amplio recorrido profesional como consultor y gerente de operaciones en importantes empresas nacionales,  ahora dirige desde la comuna montevideana todas las acciones para que año tras año el Carnaval pueda ser disfrutado por toda la población. 

Balance del Carnaval 2025

-¿Cómo has visto la evolución o los cambios en la organización del carnaval desde que comenzaste hasta ahora?

Hemos trabajado para darle al carnaval una impronta basada en la participación activa de todos los involucrados en su organización. Nuestro enfoque ha sido la coorganización junto a los socios y los actores directos del carnaval, como los conjuntos y los artistas, quienes están representados a través de sus asociaciones.

Hemos puesto un fuerte énfasis en escucharlos de manera permanente y en hacerlos partícipes activos de la organización de esta gran fiesta popular, que tiene un significado tan importante para los uruguayos.

-¿La elección de Nicolás Lasa como presidente del jurado y los demás integrantes del panel surgió a partir de esa escucha activa, o cómo se llevó a cabo ese proceso?

Nicolás Lasa tiene una larga trayectoria en el carnaval. Ha sido artista y también periodista especializado en este ámbito durante muchos años.En los primeros años, la presidencia del jurado estuvo a cargo del profesor Ramiro Pallares, quien además era mi asesor en la gerencia de festejos. Tiene una fuerte vinculación con el carnaval.

Cuando Pallares decidió no continuar por razones personales, evaluamos la posibilidad de que Lasa asumiera ese rol, una tarea exigente y desgastante. Fueron dos meses de trabajo intenso, con una gran presión, ya que se trata de un concurso altamente competitivo.Le hicimos la propuesta a Nicolás, quien aceptó luego de verificar la compatibilidad con sus otras actividades, sin que surgieran inconvenientes.

Creo que realizó un excelente trabajo y que el desempeño del jurado en general fue muy bueno este año.

-¿Cómo se desarrolló la vinculación y la articulación del Carnaval 20254 con la Asociación de Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos Populares del Uruguay (DAECPU)? 

Muy bien.

En cuanto a Daecpu, nosotros no solo organizamos el Carnaval Mayor y sus desfiles, sino también otras actividades vinculadas a diferentes colectivos, como la niñez y la adolescencia, a través de Murga Joven y el Carnaval de las Promesas.

En cada uno de estos ámbitos trabajamos en conjunto con distintas asociaciones. Además del Carnaval Mayor, también organizamos el Desfile de Llamadas, que está directamente relacionado con el candombe y su comunidad artística.Cada sector cuenta con su propia asociación, y mantenemos con todas ellas un trabajo estrecho y colaborativo.

Otro aspecto en el que hemos puesto especial énfasis es en los tablados populares. Si bien ya existían, reforzamos la idea de un carnaval distribuido, presente en el territorio, en los barrios. No quisimos limitarlo únicamente a los desfiles o al Teatro de Verano, sino llevar el carnaval directamente a la gente.

Para conocer de primera mano cómo fue el desarrollo de esta edición y qué aprendizajes deja para el futuro, conversamos con Pablo Barletta, Gerente de Festejos y Espectáculos de la Intendencia de Montevideo, quien supervisa la organización de los principales eventos culturales de la ciudad y lleva consigo la tarea de mantener viva esta tradición año tras año.

El impacto cultural y económico del Carnaval

-¿Cómo fue el proceso para acercar el carnaval de este año a los barrios?

Hemos trabajado para acercar el carnaval a los barrios principalmente a través de los escenarios populares, conocidos comúnmente como tablados barriales. Este es uno de los programas más importantes y que hemos impulsado con fuerza, ya que busca recuperar el espíritu original del carnaval, que nació en los barrios.

Recuerdo que, cuando era niño, los tablados se armaban con tablas sobre bidones y eran organizados por los vecinos de manera honoraria. Se realizaban en las calles, con permiso para cortar una esquina, y solían financiarse con rifas, bingos y la venta de comida. Hoy en día, los escenarios populares siguen ese mismo espíritu comunitario, aunque con una normativa que regula su funcionamiento y garantiza su viabilidad con el respaldo de la intendencia.

Las entradas a estos tablados tienen un costo accesible (este año fueron alrededor de 120 pesos) y cuentan con cantinas gestionadas por los propios vecinos, lo que les permite generar ingresos. Sin embargo, para acceder a este beneficio, las comisiones organizadoras deben presentar a la intendencia un proyecto en el que expliquen el destino de los fondos recaudados, que pueden utilizarse para actividades sociales en el barrio, mejoras en los locales donde se realizan los espectáculos, apoyo a escuelas o suministro de alimentos para ollas populares.

Algunos escenarios, además de los espectáculos de carnaval, organizan otras actividades donde la entrada se canjea por alimentos no perecederos, promoviendo así la solidaridad en la comunidad.

Uno de los mayores beneficios para estos tablados es que la intendencia cubre el costo de tres actuaciones por noche durante la temporada de carnaval, desde el desfile inaugural hasta la entrega de los fallos del concurso oficial. Cada tablado suele contar con cuatro espectáculos por noche, de los cuales tres son financiados por la intendencia y el cuarto es cubierto por la propia organización.

Este apoyo representa una inversión cercana a los 20 millones de pesos y tiene un doble propósito: fortalecer los escenarios populares y, al mismo tiempo, generar empleo para la propia comunidad y para  los conjuntos carnavaleros, garantizando su presencia en los barrios y promoviendo el acceso al carnaval para todos.

-¿Cómo fue el trabajo articulado con otros organismos estatales para coordinar, por ejemplo, el tema de la seguridad y otros aspectos?

Coordinamos una serie de servicios esenciales para el correcto funcionamiento de los escenarios populares, incluyendo iluminación, seguridad, tránsito y transporte.

A través del Departamento de Movilidad, trabajamos para que las líneas de transporte que llegan a esos barrios ajusten sus horarios a la programación de los escenarios e, idealmente, cuenten con una terminal o recorrido cercano que facilite el acceso del público.

En cuanto a la seguridad, colaboramos con el Ministerio del Interior para garantizar cobertura en los accesos y salidas de los escenarios, especialmente en aquellos ubicados en parques o plazas con poca iluminación.

Para conocer de primera mano cómo fue el desarrollo de esta edición y qué aprendizajes deja para el futuro, conversamos con Pablo Barletta, Gerente de Festejos y Espectáculos de la Intendencia de Montevideo, quien supervisa la organización de los principales eventos culturales de la ciudad y lleva consigo la tarea de mantener viva esta tradición año tras año.

Las novedades de esta edición: más accesibilidad y participación

-Hablemos un poco sobre el Teatro de Verano, ¿qué reformas de infraestructura o remodelaciones incluyeron este año? 

La gran novedad de este año fue la inauguración del Teatro de Verano en su disposición prácticamente final, con una mejora significativa tanto en la cantidad como en la calidad de las localidades. Ahora, todas las butacas cuentan con respaldo, lo que brinda mayor comodidad y equidad, ya que son idénticas tanto en la platea más costosa como en la sección más popular.

Además, el teatro sumó más de 1.000 localidades adicionales, permitiendo que más personas disfruten del carnaval. Como resultado, se vendieron casi 100.000 entradas más que en años anteriores.

En cuanto a la organización del concurso oficial, trabajamos en conjunto con Daecpu, que tiene a su cargo la producción del espectáculo. Ellos gestionan la contratación de servicios esenciales como iluminación, audio, seguridad y venta de entradas. Con la recaudación obtenida, financian los premios para los conjuntos y cubren los costos de sus actuaciones en el Teatro de Verano.

Además, Daecpu desempeña un rol clave en el programa de escenarios populares, administrando el fondo que la intendencia destina al pago de las presentaciones en los distintos barrios, garantizando así el acceso a la cultura en todo el territorio.

¿Cómo se integraron las iniciativas de inclusión, para personas con discapacidad, en la programación y desarrollo de los eventos?

Existen dos programas de inclusión en el carnaval: uno para personas con discapacidad auditiva, que incorpora intérpretes de lenguaje de señas, y otro para personas con discapacidad visual, que utiliza audiodescripción.

Estos programas se desarrollan en colaboración con la Secretaría de Inclusión de la Intendencia y han avanzado significativamente. Desde el inicio, se entendió que la interacción con los conjuntos era clave, ya que los intérpretes de señas no solo traducen, sino que también incorporan gestos, movimientos e incluso baile para transmitir mejor el espectáculo.

Algunos conjuntos han integrado sus propios intérpretes, mientras que otros han utilizado los recursos coordinados por la Secretaría de Discapacidad, que trabaja con distintos colectivos de la sociedad civil. En el caso de la audiodescripción, personas especializadas narran lo que sucede en escena, lo que requiere una estrecha interacción con los artistas, ya que ciertos aspectos del humor o la puesta en escena pueden ser difíciles de describir solo con palabras.

Otro aspecto clave de la inclusión es la accesibilidad. El Teatro de Verano ha sido adaptado para garantizar el ingreso desde la calle y cuenta con una zona exclusiva para sillas de ruedas, además de una fila reservada para sus acompañantes.

Para conocer de primera mano cómo fue el desarrollo de esta edición y qué aprendizajes deja para el futuro, conversamos con Pablo Barletta, Gerente de Festejos y Espectáculos de la Intendencia de Montevideo, quien supervisa la organización de los principales eventos culturales de la ciudad y lleva consigo la tarea de mantener viva esta tradición año tras año.

Mirando hacia el futuro

-¿Cuáles son los principales desafíos y expectativas que tiene la Intendencia de Montevideo para el próximo año en relación con la organización y desarrollo del Carnaval?

Una de las cosas que considero un debe es lo relacionado con otras manifestaciones del carnaval, como los tablados móviles y los corsos barriales. Estas actividades se realizan en espacios públicos de los barrios y cuentan con una gran participación, especialmente de niños, que forman sus propias comparsitas y desfilan.

En ese sentido, creo que, al igual que se generan escenarios populares, sería importante que la Intendencia implemente algún mecanismo para facilitar la participación de conjuntos profesionales que puedan complementarse con los grupos barriales.

Un ejemplo que funcionó muy bien este año fue llevar el carro alegórico del carnaval, que abre el desfile inaugural, a todos los corsos. Esto permitió que los vecinos pudieran subirse al carro o que lo hicieran comparsitas de niños, lo cual resultó ser una experiencia muy bonita y enriquecedora.

-¿Qué planes o qué otros eventos están organizando desde la Intendencia para los próximos meses?

La Semana Criolla del Prado es un evento emblemático que se realiza durante la Semana de Turismo en el predio ferial de El Prado, centrado en el ruedo y la jineteada. Esta actividad goza de gran prestigio a nivel nacional y regional, destacándose por su organización y el cuidado del bienestar animal. Desde mi llegada, he trabajado en conjunto con el Instituto Nacional de Bienestar Animal y asociaciones de proteccionistas, aunque estas últimas prefieren que no se realice. Sin embargo, la actividad está amparada por una normativa legal y es considerada un deporte nacional.

Nos enfocamos en minimizar riesgos para los animales, asegurando su bienestar en aspectos como vacunación, alimentación, espacio, sombra, interacción, transporte y la prohibición de sustancias estimulantes. Además, se controla rigurosamente que no haya prácticas de crueldad durante el evento.

La organización abarca reglamentos, contrataciones, recursos humanos y un programa artístico que incluye música, danza y payadores, con participación de artistas locales e invitados. También se integra la gastronomía y el comercio, con locales que ofrecen productos tradicionales relacionados con la cultura gauchesca.

Montevideo vibró al ritmo del carnaval. La fiesta popular más importante del país ya dejó su huella en el 2025 y, como cada año, trajo consigo emociones, debates y desafíos. Montevideo vibró al ritmo del carnaval. La fiesta popular más importante del país ya dejó su huella en el 2025 y, como cada año, trajo consigo emociones, debates y desafíos. Montevideo vibró al ritmo del carnaval. La fiesta popular más importante del país ya dejó su huella en el 2025 y, como cada año, trajo consigo emociones, debates y desafíos. Montevideo vibró al ritmo del carnaval. La fiesta popular más importante del país ya dejó su huella en el 2025 y, como cada año, trajo consigo emociones, debates y desafíos.