Nélida “Chela” Fontora, referente histórica de la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas (UTAA) mujer cañera y ex-presa política, en entrevista con APU.uy revive parte de su vida en una segunda edición de su libro: “La llama no se apaga”.
El relato comienza en su infancia y en los valores que le brindaron sus padre. Proveniente de una familia muy humilde la lucha por sobrevivir fue un factor constante desde pequeña. Comenzó a trabajar con su padre y con sus hermanos a una edad muy temprana, en las plantaciones de caña de azúcar, donde poco a poco comenzó su militancia al percatarse de las injusticias que vivían los trabajadores como el no contar con un sueldo, tener que sobrevivir en condiciones infrahumanas y debiendo soportar las actitudes denigrantes de los dueños de las estancias. Fue entonces que emergió la figura de Raúl (Bebe) Sendic que organizó a los cañeros en la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas (UTAA) de la cual Fontora fue dirigente.
En esa militancia se encontró compartiendo los mismos intereses que el Movimiento de Liberación Nacional (MLN – Tupamaros). Ella lo explica sencillamente: “quería una vida mejor, quería tener la posibilidad de comer todos los días” y fue así que decidió formar parte de ese movimiento. Fue detenida, encarcelada y torturada, sin embargo durante la entrevista resalta la contención de sus compañeras y compañeros como pieza fundamental, además de su propia voluntad para sobrevivir de tales acciones ejercidas por el terrorismo de Estado
En un intercambio con el ex secretario del difunto escritor Mario Benedetti, Ariel Silva 'Chela' Cuenta que “se impresionó tanto” ante la indignación al escuchar sus sus vivencias que ya durante su periodo de encarcelamiento le surgió la idea de escribir el libro junto a un equipo conformado por Mariana Motta, Mariana Riz, Manuela Abraham, entre otros.
Pero además en el libro se destaca la visión feminista de la historia, y se relatan las atrocidades cometidas por el solo hecho de ser presas mujeres. Hasta el día de hoy se insiste desde la Asociación de ex presas y presos políticos, CRYSOL, organización que también integra, en la necesidad de construir un memorial en honor a todas las ex presas políticas.
Fontora aporta abiertamente su testimonio en el libro “La llama no se apaga” como lo ha brindado en muchas ocasiones para medios y comunidades estudiantiles, y entiende que esta es su forma de denuncia. El libro quedará para siempre en sus relatos como una pieza indispensable de la memoria de aquellos hechos que pautaron uno de los tiempos más oscuros de la historia de nuestro país.


