16 de Marzo del 2024
Nancy Banchero
Con Ricardo "Bachicha" Rodríguez
El grito por "Chiquito" Perrini: "Soltalo que está muerto"
Aldo "Chiquito" Perrini
Foto: Cedida por la familia Perrini

“El tiempo ha hecho que surgieran versiones”, dijo el artista plástico Ricardo Bachicha Rodríguez al Portal APU.uy, en referencia al 3 de marzo de 1974, cuando militares asesinaron por golpes y tortura a Aldo “Chiquito” Perrini.

“Yo no voy a ponerme a polemizar con las versiones porque no tengo interés. Pero tengo mi versión donde incluso pongo en duda ciertos momentos de lucidez”, dijo.

Ricardo estaba detenido en el Batallón 4 de Colonia el 3 de marzo de 1974, fue uno de los carmelitanos que los militares arriaron por aquellos aciagos días, 50 años atrás.

En aquella oscuridad, en el Batallón de Colonia “yo estaba atado con alambres en la muñecas y las manos en la espalda, habíamos sido torturados y no teníamos noción de los días. Apenas podíamos ver algo cuando se nos corrió la venda por el sudor y los sonidos. Es complicado cuando uno pierde la movilidad y la mente para estar consciente de lo que está sucediendo (…) Parecería que la historia no es fidedigna con lo sucedido”, expresa. Él asegura que los militares montaron una escena de presunta tortura para provocar a los presos y en uno de esos gritos de una mujer que Bachicha afirma que era una militar que estaba sentada ante una mesa tomando vino y no una prisionera siendo violada, saltó Chiquito para defenderla: “Es muy difícil saber cuál verdad es la verdadera porque la imaginación era nuestra fuente de información, y lo que escuchábamos”.

No recuerda que hora del día era. “La noche y el día eran uno”, recuerda con pesar. “Yo tengo un libro escrito por las sensaciones y movimientos que uno va escuchando. Había una banda que tocaba espantosamente, que tocaba tal día, o los programas de televisión que escuchaba en los momentos lúcidos”.

 

SUS RECUERDOS

“En el momento Chiquito pide que lo desaten. En mi mente quedó que él quería actuar en defensa de alguien. Digo supuestamente porque no sabíamos bien (…) Hay uno que no voy a nombrar que también gritaba y decía que lo soltaran a él también para salir en defensa de esa supuesta prisionera. Alguien dijo suéltenlo, yo no veía pero lo escuchaba”.

Vivían una situación terrible, encapuchados, aislados: “Yo no sabía que Chiquito estaba preso”, reflexionó.  “Me enteré después. Chiquito tuvo conocimiento cuando lo desataron, lo soltaron, fue cuando subieron los golpes. Tuve conciencia por los demás compañeros que sabían que estaba él. Cuando ocurrió el asesinato comenzó el afloje real, una pequeña calma, nadie se movía, nos tiraron en el piso y comentábamos por lo bajo porque los militares estaban en ese momento entregados: porque lo que había pasado. Pido perdón si estoy equivocado pero mi sensación es que el cuerpo cae pero aún no estaba muerto. Y siento una voz que dice: "soltálo que está muerto. Es la frase que me quedó”.

“Como no soy un pintor copiador sino creador, retengo mucho las escenas y vuelve a mi mente lo que vi. Cuando se caía la venda era un segundo y después me daban un palo y me colocaban la venda de nuevo. Yo ahí vi que estaban en un salón donde había muchos soldados, aunque no puedo precisar cuántos eran porque los golpes eran constantes”.

Recordando el hecho, Ricardo Rodríguez asegura que cuando Chiquito pide que lo suelten, es porque siente la voz de una mujer. “Yo no sabía que era él, pero en un momento que pude ver, me quedó la imagen de una mujer sentada, vestida de soldado, con una mesa y una botella”. Recuerda los ruidos de movimiento de muebles: “había una mujer que gritaba que la soltaran y Chiquito se vio tocado por su hombría de bien”.

Perrini “tenía un cuerpo grande y fuerte y tenía una voz característica de aparentar un hombre fuerte, sin embargo era un tipo bondadoso. Era un chiquilín con un corazón enorme, le salía mucha bondad de adentro”.

Para Bachicha fue una suerte de tortura psicológica este hecho. “Esta es la primera vez que hago este cuento, lo he anotado mil veces, reviviéndolo en la cabeza y siempre veo la misma imagen”.

“A Chiquito lo masacraron y no se murió en el momento. Cayó desmayado por los golpes y los milicos pensaron que había muerto. Creo que los golpes aceleraron la muerte. Cuando cayó nos pusieron a todos panza abajo. Que nadie se mueva y un silencio total. Apagaron la radio que estaba con propaganda de Buenos Aires”, rememora.

“Después aparecen las versiones de que lo vieron en tal lado. A los años encontré en Colonia a un tipo que me contó que había sido chofer de la ambulancia y me dijo que él había llevado muerto a Aldo Perrini a Montevideo y se había vuelto con el cuerpo, lo que fue una pantalla de los militares para tratar de hacer creer que Perrini había muerto en el hospital y no en el cuartel”.

También hay que decir que la causa oficial de muerte que pusieron los militares, hasta que en 2010 se hizo la autopsia histórica que determinó las torturas que sufrió, fue “edema agudo de pulmón”.

 

NO FUE EL ÚNICO

Para Ricardo hay que considerar también que Chiquito no fue el único crimen de un carmelitano en la dictadura. Hay que contar también la historia del Ñato Méndez, que murió porque nunca lo atendieron médicamente bien y terminó falleciendo en la sala de operaciones del hospital militar. “Me dijo al irse: -yo de esta no vuelvo”. Lo abrieron y se murió por la mala praxis que le hicieron los militares.

Ricardo "Bachicha" Rodríguez - Foto APU.uy