Ante el dato de que la economía ha crecido más de un 4% y de que ha bajado la desocupación provocada por la pandemia, no se comprende que no se atienda la situación de pérdida de capacidad de compra que sufren los jubilados y pensionistas
Los discursos y consideraciones que tienen que ver con la marcha de la economía y el bienestar de las personas, incluida la decisión de bajar el precio del asado, no contempla la situación de los pasivos. ONAJPU entiende que es necesaria una canasta que contemple las necesidades y la dieta de los jubilados y pensionistas.
A la preocupación por el aumento del costo de vida, se suma la preocupación por la continuidad de dos logros importantes que beneficiaron directamente a esta población, mejorando notoriamente su calidad de vida: el Plan Ibirapitá y la Operación Milagro.
En el caso del Plan Ibirapitá, que ahora funciona como un programa dentro del BPS, ni se han entregado tablets y ni se reparan las que ya se han entregado, tampoco hay profesores que acompañen el aprendizaje de esta herramienta de inclusión digital.
En cuanto a la Operación Milagro, la misma ha sido una solución para aquellos jubilados o pensionistas que tienen ingresos inferiores a 10 BPC ($51.640) más aún cuando la misma operación en una clínica privada ronda los USD 2.000. A la fecha hay un importante atraso en la atención lo que ha llevado a que ONAJPU tenga una lista de casi 1000 personas en espera de ser atendidas.
Estos temas son los que ONAJPU tiene especial interés de abordar en una reunión con el Presidente de la República.


