En un panel de diálogo en tres capítulos sobre Perú, los invitados Omar Coronel, Doctor en Ciencia Política, Docente de la PUCP; Diana Miloslavich, Feminista, defensora de los derechos de las mujeres peruanas; Mar Perez, Abogada de la Coordinadora Nacional de DDHH y Juan Fonseca, Historiador y Profesor de la Universidad del Pacífico analizan la realidad de ese país.
Democracias amenazadas: Perú
Roberto Saban.En tu ronda de recientes coloquios has tenido la posibilidad de dialogar con expertos de Brasil, Colombia y ahora de Perú, analizando la situación de sus países. ¿En este encuentro con mujeres militantes por los DDHH y académicos peruanos, que elementos paralelos se estarían dando entre estas regiones? ¿Que dicen de la posible salida a un referéndum con una Constituyente, una salida a la Chilena y Colombiana?
Nelson Villarreal Durán. El abordaje que estamos realizando en el proyecto de extensión desde el Instituto de Historia de las Ideas de Facultad de Derecho de la UdelaR, que se apoya en los Diálogos Globales realizados en 2020, busca poner en relación el análisis académico con los procesos sociopolíticos de la región que desafían a las democracias en el siglo XXI.
No hay procesos homogéneos ni lineales, como hemos planteado, hay que salirse del dilema entre progreso lineal y eterno retorno, es necesario reflexionar sobre el espiral ascendente o descendente en el que se dirime el proceso histórico que vivimos.
En tal sentido en parte son comparables la situación en de Brasil y Colombia, pero en momentos históricos distintos y a la vez presentes.
El primer ciclo progresista de Colombia es comparable con el primer gobierno progresista de Brasil, a la vez el que se encuentren en un mismo momento el primer ciclo progresista de Colombia con el segundo de Brasil que genera nuevos desafíos de cómo encarar lo regional para dar sustentabilidad e integralidad a las democracias.
Asimismo Perú y Chile pueden ser comparados en parte, quizás en impulso de una explosión social con orígenes comunes en la desigualdad social y a la vez diferentes en la situación política.
Pero en ambos casos emerge el deterioro de lo político tradicional o del statu quo y se pretende desde la participación y manifestación social buscar ampliar democracia y república.
A pesar que son los pueblos en su participación quienes trastocan desigualdades e institucionalidades inequitativas y restrictivas, hay que aprender del fracaso de la Constituyente de Chile y la disociación entre sistema político y social para que no pase lo mismo en Perú.
Aún en Perú como lo analizamos con académicos, militantes de derechos humanos y feministas, los escenarios están abiertos, pero las llamadas de atención pueden ayudar a construir procesos exitosos o que permitan una nueva institucionalización más democrática.
RS. Me gustaría que los lectores del Portal APU.uy vieran cual es tu impresión de la raigambre de mentalidad racista contra los pueblos indígenas en los 3 casos mencionados. ¿Está todavía gran parte de América Latina en un proceso de descolonización? ¿Qué intereses supranacionales hay detrás de esta nueva derecha discriminadora y de intento de eliminar los pueblos originarios? Véase esta reciente masacre de los yanomami en Brasil, por ejemplo
NVD. Parece claro que los análisis unidimensionales de las causas de las desigualdades e inequidades no permiten comprender los factores que condicionan y hasta determinan pluridimensionalmente las condiciones histórico, social y culturales que mantienen dominados, explotados y expoliados a muchos sectores de los pueblos latinoamericanos. Sobre todo, pueblos indígenas, afrodescendientes, campesinos y sectores excluidos urbanos.
La variable de clase y por tanto de acumulación y goce de las riquezas es un aspecto no menor, pero tiene suficiente fuerza el racismo, el endorracismo, el machismo, el colonialismo hegemónico de sectores ricos y clases medias, como la velocidad de una globalización que hace extraño lo propio a los pueblos y países, dando carácter de “moderno” a lo internacional.
Asimismo, tres décadas de visibilización de la diversidad étnico cultural, los movimientos indigenistas que desde la resistencia de los zapatistas hasta la conformación de un partido político, como en MAS en Bolivia, permitió generar el proceso y concreción de una Constitución Plurinacional, que a pesar que tenga envestidas de la ultra derecha, logró dar pasos en la equidad de los indígenas.
Hay entonces procesos de descolonización y neo-colonización en conflicto que reclaman de mayor análisis y aportes críticos de la academia y los medios de comunicación.
Ante el resquebrajamiento de modelos desiguales e “integrados inequitativamente” que ya no dan cuenta de la diversidad social, cultural y política de una forma que acrecente equidad democrática, se producen los movimientos sociales por mayor igualdad y justicia, a la vez que los Estados nacionales se ven deteriorados por los procesos trasnacionales que les quitan hegemonía.
Es en ese contexto que emergen las extremas derechas, no solo en la región, sino en el mundo por el segundo factor sobre todo.
Es así que se retroalimentarán el miedo ¨al otro¨ en las migraciones, la demanda de los excluidos por su condición étnico racial, pero también como parte los que están peor en lo socioeconómico.
En ese marco se dan los endorracismos no solo dentro de un grupo étnico sino en la forma en la que se constituyeron las naciones latinoamericanas.
Se dará la contradicción que los chilenos no se identifican con los mapuches a pesar que la mayoría de la población sea mestiza, lo mismo que en el caso de Perú que habiendo un alto componente indígena se lo desprecie porque se lo que quiere volver a invisibilizar como hizo el golpe en Bolivia quemando la wipala.
Los casos de Brasil y Colombia tienen en común su alto número de población afrodescendiente y pueblos originarios que los cascos urbanos ha despreciado e invisibilizado y en las contradicciones de esos países la participación social y las políticas progresistas han puesto en la agenda.
El desprecio de las élite que lleva hasta el genocidio tiene una raíz racista pero también de una modernidad perimida que sigue centrando en lo europeo/norteamericano “el progreso”.
En ese conflicto de visibilización y construcción de paradigmas mas inclusivos y equitativos se produce la tensión entre los sectores que no quieren ceder privilegios y los colectivos que demandan justicia histórica, racial, cultural, social, ambiental y económica.
RS.La fragmentación de las fuerzas populares parece ser una constante cuando se mira a estas naciones hermanas desde un Uruguay con una izquierda unida. Te decían tus amigos peruanos que ¨los pueblos originarios marchan de mañana, los de izquierda sindicalizada de tarde¨ cada uno por su lado y sin agenda común. ¿Por qué te parece que pasa eso? ¿Hay razones filosóficas, históricas que den cuenta de este factor?
NVD: Efectivamente es una gran debilidad, no solo la disociación entre los movimientos populares con los partidos de izquierda, que por cierto habían nacido de movimientos sociales en el siglo XIX y XX, la falta de reflexividad del corto y mediano plazo para lograr transformaciones mas profundas y en busca de institucionalización para ampliar democracias.
Asimismo un accionar de las derechas desde el fujimorismo en los 90 que deterioran las democracias, quitándole capacidad de coherencia y honestidad, que dejan explicita las formas de la corrupción y manipulación social que hoy se retroalimentan no solo con las nuevas formas de la derecha y extrema derecha, sino que deterioran el fundamento de los Estados liberales que habían construido como dijimos una inclusión inequitativa.
En marco de lo que está pasando en las democracias de América Latina, la situación que vive Perú, es de interés político, social, académico, tanto por lo que sufre el pueblo peruano, pero también por lo que manifiesta como deterioro de la política, o nuevas formas de accionar de la población. Comprender, visualizar e identificar las contradicciones que ha generado las disociaciones que se acumulan desde décadas y siglos en Perú en lo coyuntural y estructural que se expresan hoy.
Pareciera que el liberalismo político o renuncia a la democracia o la trasforma en un mecanismo de apariencia, agudizando formas de represión o manipulación ante el empuje de los sectores populares que no aceptan más las inequidades múltiples pero sin mucho paradigma alternativo, lo que las hace presas que juegue en contra de ese impulso el que no encuentran forma política organizada y que devenga en institucionalidad democrática renovada.
Hay razones histórico-culturales que en forma explícita siguen reproduciendo la dominación de “los de arriba”, las élite u oligarquías que se asociacian con los intereses concentrados de lo global en minería, hidrocarburos, consumo, etc.
Asimismo los universitarios, los pensadores, estamos en deuda de renovar los paradigmas que permitan procesos de descolonización mental y cultural para sistematizar las prácticas sociales.
Asimismo es muy pobre la reflexión y análisis de las izquierdas de los nuevos fenómenos, a la vez que no solo quedan atrapadas en categorías que respondían a otras épocas sino que no se permiten la dialéctica con lo nuevo para hacer presentes marcos de análisis históricos que aportarían a la organización del movimiento social del siglo XXI
RS.Sorprende además la desconfianza de vastos sectores rebeldes con la Fiscalia, contra la Comisión interamericana de DDHH y de las propias comisiones locales que tratan de defenderlos. ¿Cómo filósofo que crees que está pasando? Luego las mayorías votan a las minorías que los oprimen.
NVD: El deterioro de las instituciones, la desconfianza ante el statu quo genera a mi entender una confusión de quienes son aliados para los pueblos. No es menor que a veces las burocracias de instituciones de derechos humanos no logran tener el lenguaje consistente. A la vez todo movimiento emancipador es una mezcla de utopías, esperanzas y resquemores que deben ser reflexionados por los propios actores, a la vez que quienes queremos acompañar la interpelación al poder desigual podamos aportar en como se conforma una nueva forma de poder que debe estar atento a que se amplie el humanismo y garantía de derechos humanos efectivos.
El tema de porque las mayorías vuelven a votar a quienes los oprimen debe ser analizado en sus contradicciones y a partir de los análisis que hacíamos antes de la disociación entre movimientos sociales, que por definición son diversos y contradictorios, con las formas políticas que efectivamente puedan ampliar acceso equitativo, conciencia crítica y distribución material y subjetiva.
Las izquierdas, los progresismos, los frentes populares y hasta los liberales sociales muchas veces están disociados de los procesos concretos y de la vinculación con las poblaciones concretas que han sido colonizadas por la no – política, el individualismo neoliberal y el fundamentalismo religioso.
Ejes que terminan hegemonizando el impulso a los cambios que generan las exposiciones sociales. La reflexividad política es un problema ante las nuevas formas tecnológicas de comunicación e información.
Desde la filosofía política y la historia de las ideas creo que estamos ante un cambio civilizatorio y de época que no logra ser comprendido en sus categorías de cambio a la vez que no hay punto de apoyo como en otros momentos para lograr direccionalizar procesos que amplíen poder democrático a los sectores más afectados por las transformaciones del capitalismo.
Necesitamos comprender la concatenación de los sujetos históricos sumidos por siglos, con las contradicciones actuales para aportar en la conformación de sujetos diversos ya no homogéneos pero que reclaman equidad de poder a distintos niveles. No parece nada fácil ante el torbellino que implican los cambios cualitativos que condicionan la socialización critica que implicaría una alternativa a lo actual.
Los países con mayor fragmentación se ven más afectados y sigue impactando negativamente en los menos favorecidos.
RS.Luego de escuchar a tus amigos peruanos, ¿Peru ya no califica como democracia?
NVD: Creo que para los uruguayos la democracia peruana puede ser comparada con el pachecato, es decir con medidas prontas de seguridad que generan la antesala del terrorismo de Estado, que por cierto está ya instalado con mas de 50 muertos. Nuevamente la disociación entre democracia política y social es el gran dilema.
Son democracias recortadas que renuncian a ser plenas y se transforman en democracias tuteladas y luego en autoritarismos con fachadas institucionalmente democráticas.
Parafraseando a Arguedas ¨el mundo ya no es ancho, pero sigue siendo ajeno¨.
Vale escuchar con quienes dialogamos que nos aportan análisis de sumo valor para comprender que está pasando y que puntos ciegos tener en cuenta.


