09 de Agosto del 2023
Nancy Banchero
Los delitos de lesa humanidad en San Javier
Ivo Dardo Morales volvió a declarar en Fray Bentos
Susana Zanoniani
Susana Zanoniani
Foto: archivo APU.uy

El reconocido ex torturador Ivo Dardo Morales volvió a estar en los estrados judiciales: Fue en la tarde de este martes 8 de agosto en Fray Bentos, en la causa de la ex maestra Susana Zanoniani. El ex torturador negó todas las causas y pruebas de lo que lo hacen responsable de delitos de lesa humanidad. Por ello, y como un refresca memoria, el Portal Apu.uy  publica la nota realizada   a Susana Zanoniani  en 14 de febrero de 2021.

Por Daniel Roselli.

En la audiencia que se cumplió el martes 8 de agosto, quedó que en unos diez días la juez actuante resolverá el caso. En esta audiencia, Morales fue acompañado por varios militares y por supuesto que negó toda responsabilidad, y dijo no recordar los hechos ocurridos y las torturas que, entre otros, le realizó a aquella muchacha llamada Susana Zanoniani y también al doctor Vladimir Roslik. A pesar que Morales estaba presente cuando Roslik falleció.

Pero es bueno recordar alguno de los delitos de los que es acusado Ivo Dardo Morales por la Fiscalía Especializada a cargo del doctor Ricardo Perciballe. Dice así:
“Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad solicita el enjuiciamiento y prisión de Ivo Dardo Morales Machado, ya que, a criterio de la misma, existen elementos de convicción suficientes para sostener prima facie que el citado se encuentra incurso en cuatro delitos de abuso de autoridad contra los detenidos, y éstos en concurrencia fuera de la reiteración con tres delitos de privación de la libertad en calidad de co autor (arts. 18, 54, 56, 57, 60, 61, 281, 282 inciso 1 numerales 1º y 4º e inciso 2, y 286, del C.P.). Asimismo, solicita que, mientras se procede a resolver el pedido de procesamiento de Morales se disponga como medida cautelar el cierre de fronteras para éste. Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad solicita el enjuiciamiento y prisión de Ivo Dardo Morales Machado, ya que, a criterio de la misma, existen elementos de convicción suficientes para sostener prima facie que el citado se encuentra incurso en cuatro delitos de abuso de autoridad contra los detenidos, y éstos en concurrencia fuera de la reiteración con tres delitos de privación de la libertad en calidad de co autor (arts. 18, 54, 56, 57, 60, 61, 281, 282 inciso 1 numerales 1º y 4º e inciso 2, y 286, del C.P.). Asimismo, solicita que, mientras se procede a resolver el pedido de procesamiento de Morales se disponga como medida cautelar el cierre de fronteras para éste.

 Refrescando la memoria, y a modo de dejar planteado la realidad de lo vivido por Susana Zanoniani como tantos otros sanjavierinos, siendo torurados y humillados por los Ivo Dardo Morales,  aqui la nota realizada.

 

No sólo fue Vladimir Roslik. Un genocidio en San Javier que aún busca respuesta

El militarismo, la persecución y la tortura en los años setenta y ochenta del siglo pasado en San Javier, no fue una lucha contra la guerrilla ni contra el comunismo internacional, fue la práctica habitual y sádica de los militares de esas épocas y el producto de las luchas intestinas de las distintas Fuerzas Armadas.

Aún hoy los sanjaverinos desconocen por qué los militares en las décadas del setenta y ochenta se ensañaron con este pueblo que en aquellos tiempos no llegaba a 2000 habitantes. Este pueblo con Vladimir Roslik, tiene el último muerto en las salas de torturas del régimen que gobernó Uruguay entre 1973 y 1985. Fue una muerte tan rara como siniestra para el resto del Uruguay. Cuando comenzaba la campaña electoral de 1984, el 16 de abril era asesinado en la sala de torturas del cuartel de Fray Bentos. ¿Por qué unos militares negociaban la reapertura democrática y otros interrogaban salvajemente en busca de guerrilleros? ¿Por qué?


Pero más atrás, en el año 1976 la sanjavierina Susana Zanoniani tenía 31 años de edad (nació el 8 de abril de 1945), una familia constituida cuando militares y policías comenzaron a asediar y a arrasar con hogares. Ella era maestra, madres de dos hijos chicos, esposa, cuando en aquel año 1976 la detuvieron y en un camión la llevaron directamente al cuartel de Fray Bentos (capital de Río Negro). “Quien a mí me interrogó y me torturó es Julio Danzov. Es primo de quien era mi esposo”.
Para Susana Zanoniani no es creíble que los militares se ensañaron con San Javier porque sus habitantes eran y son descendientes de rusos. “No, no, el motivo es otro”.
Y las preguntas aún no tienen respuestas, aún siguen las tinieblas. Por ejemplo:

  • ¿Por qué los militares se ensañaron con Vladimir Roslik, si ya había estado preso en el cuartel, en Libertad y sabían que no tenía actividades contra el régimen?
  • ¿Por qué militarizaron San Javier?
  • ¿Por qué detuvieron y torturaron a más de 25 vecinos sanjaverinos?
  • ¿Por qué se ensañaron con los adolescentes?
  • ¿Por qué no detuvieron a los afiliados al Partido Comunista? (A excepción de uno solo).
  • ¿Por qué el Frente Amplio en 15 años en el gobierno nunca instrumentó herramientas judiciales para investigar lo que allí sucedió?
  • ¿San Javier fue una especie de experimento?
  • ¿Por qué quien era profesor del liceo de San Javier, Daniel Jajulin, era un hombre que tenía una línea directa con la Embajada norteamericana?
  • ¿Cuánto tuvo que ver el doctor Ricardo Welker con la muerte de Roslik?
  • ¿Qué ganaron los militares haciendo esto en San Javier? “si sabían bien que no había nada”, dice Susana.
  • “¿Por qué lo mataron, por qué? Si Vladimir no organizó una reunión en San Javier? ¿Por qué?” (Susana Zanoniani).

La búsqueda de guerrilleros en San Javier

“Fue mentira, todo fue una gran mentira. Tampoco creo que haya sido un problema étnico. Vieron que se habla de un pueblo ‘sospechosamente ruso’ que es el nombre de un documental, pero ahí había otros intereses, otros intereses, ahí intervinieron varios factores. Los milicos que se estaban peleando entre ellos; unos que querían seguir la guerra interna y otros no. Y con el médico Roslik estuvo la intervención del médico Ricardo Welker, que era un médico de San Javier, que le hizo la vida imposible, influyó con los militares”, afirma Susana.

Puntos oscuros

En este mar o río de puntos oscuros que existen en esta historia, Susana Zanoniani, recompone lo vivido y recuerda que “me llevaron en el año 1976, me encapucharon, me cargaron en un camión y me llevaron al cuartel. A mí me tuvieron de plantones, me desnudaron frente a los soldados para que el médico me revisara. No me daban de comer ni dejaban higienizarme, yo menstruaba, entonces estaba sucia sin ropa para cambiarme”.
Susana Zanoniani era maestra de primer año y el soldado que la interrogaba “me decía que yo le enseñaba a los niños los colores rojo, azul y blanco como estaban pintadas las columnas de Montevideo y yo hacía mil años que no iba a Montevideo. Es más en aquella época había venido una sola vez a Montevideo”, donde actualmente reside.
Ella también sufrió la tortura psicológica, “lo que más me afectaba eran las amenazas a mis hijos, que habían nacido en 1973 y 1975, y me decían ‘nunca más los vas a ver´’, mi interrogador me decía dónde estaban y que ‘nunca más los vas a volver a ver…’ todo espantoso”.
“Nunca negué que fuera del Frente Amplio. En 1976 me querían hacer decir que era del 26 de Marzo, ahora en 1980 cuando me llevaron por segunda vez querían que fuera comunista”.

 

La segunda vez y sus alumnos torturados

“En 1980 fue horrible, éramos una cantidad que nos llevaron en un camión. A algunos los reventaron en la comisaría, pero después en el cuartel yo sentía los gritos de Vladimir y a los gurises que habían sido mis alumnos los traían arrastrados, no podían caminar”.
A Miguel Roslik (hermano de Vladimir) y a sus hijos adolescentes que no tenían formación política, “los reventaron, los reventaron, fue espantoso. En una oportunidad los traían arrastrando porque no podían caminar siquiera por las torturas…”
En otra situación, cuando estuvo detenida en el ’80, “estábamos en una celda en el cuartel y escuchábamos que Roslik gritaba, ‘basta, basta, yo no hice nada’. Y cuando lo traían venía con todos los brazos quemados con los cigarrillos de los milicos”.

Las libertades

A Susana Zanoniani la detuvieron dos veces: en 1976 y 1980. Luego de sufrir los plantones, el hambre, las humillaciones, vino la libertad. “Cuando me liberaron en el 76 me llevaron hasta la parada del ómnibus y me fui así como estaba, mugrienta, oliendo a podrido, otra humillación, me mandaron de Fray Bentos a San Javier. En la segunda vez estaba presa junto a Hugo González, que era un bancario de San Javier, le avisaron a la familia y lo fueron a buscar y también me trajeron a mí”.

Su marido

“A mi marido también lo llevaron preso, y fue torturado y cuando me liberaron en el 80 allí el teniente Morales me dijo, ‘a vos te vamos a largar, total nos quedamos con tu marido’. Y mi marido no tenía formación política, era hasta anti comunista, y a él lo torturaron hasta volverlo loco. Cuando lo liberaron lo único que me dijo fue ‘me helaban’, le tiraban con agua helada, y nunca dijo más. Una lástima, porque cuando largás toda la mierda, te sentís liberada”.

Lo que vivimos en San Javier fue horrible, y por nada

“Allá en San Javier sabemos todo, sabemos hasta la ropa que lava un vecino. Las colgaderas están todas a la vista y si había una reunión, habiendo lambetas como había, como Jajulin, el Meneco Mendietta, y tantos más, enseguida se sabía. Y puedo asegurar que no hubo una sola. Las únicas fueron antes del golpe en el comité del Frente ‘Maximo Gorky’ y los comunistas se reunían en otro lugar, y hubo muchos comunistas declarados, afiliados, que no los tocaron, no los llevaron presos, uno solo, Jacina. Eso siempre me llamó la atención”.

Con el paso del tiempo

Susana Zanoniani tiene una denuncia presentada en el Observatorio Luz Ibarburu, pero habiendo pasado poco más de 45 años de aquellos hechos, cree que “la Justicia no existe, la Justicia no importa. Por ejemplo, la jueza de Fray Bentos tenía el caso de Roslik -la última que cerró el expediente-, a mí convocó a declarar, pero no sirvió, conté todo el horror, pero no sirvió… Y también me llama la atención que en los 15 años de gobierno del Frente no se haya investigado. Yo soy del Frente, pero a eso no se los puedo perdonar.

Una llamada

“Julio Danzov era primo de mi marido. Y como yo sabía que estaba en Fray Bentos, un día entre esas calenturas que me agarro lo llamo por teléfono y le digo: ‘ya que eras tan valiente para hacerme todo lo que me hiciste, por qué no te presentás a la justicia’. Y me respondió ‘quién me llama’. Y le dije ‘yo, Susana, ¿por qué no te presentás?’. ‘Yo estoy amparado, diríjase a la Justicia’ y me colgó”.
Ésta es una anécdota de Susana, pero ella cree que “lo que me ha salvado es poderlo decir. Pero me arruinaron la vida, me arruinaron la familia, porque mi marido quedó loco, me tuve que ir del pueblo y divorciarme. Hasta mi suegro me ayudó. Porque mi marido (Jorge Gurinberg) había trasladado el cuartel a la casa. Por ejemplo había que acostarse a las siete de la tarde y levantarse a las cuatro de la mañana. Él vive en san Javier y está totalmente trastornado”, dice Susana con pena.

Roslik

“A Vladimir lo llevaron en 1976, porque era el presidente del Comité; en el 80 lo vuelven a llevar, lo procesan y lo mandan 14 meses a Libertad y luego lo matan. Y vos decís, por qué? Porque todo asesinato es espantoso como cuando los matan de un balazo, pero la muerte que le hicieron a Roslik, con torturas, destrozándole el hígado, sumergiéndolo en excremento, eso es espantoso y sin embargo… Y como destrozaron la vida de Mary, porque ella está destrozada”, expresa por último Susana.