La lideresa feminista y comunitaria debió abandonar Ixim Ulew (Guatemala), luego de sobrevivir a una serie de atentados y amenazas de muerte. A principios de este año, fueron retirados los cargos en su contra, confirmándose su inocencia. Ahora emprende el regreso a su pueblo junto a una delegación internacional.
Aura Lolita Chávez, está retornando a su tierra, con más fuerza que nunca. La exvocera del Consejo de Pueblos K’iche´ por la Defensa de la Vida, Madre Naturaleza, Tierra y Territorio (CPK), denuncia -desde hace años- la complicidad entre empresas multinacionales extractivistas, el Estado y los cárteles locales que operan en el territorio con violencia hacia la vida de las comunidades.
Durante los años de exilio se refugió en distintas partes del continente y en el País Vasco, donde acompañó a distintos colectivos sociales en sus reivindicaciones, tejiendo redes de solidaridad.
Personas del pueblo aymara, de Kurdistán, de México, Argentina, Uruguay, Chile, Bolivia, Honduras, Guatemala, Euskal Herria, fueron agrandando el mutitudinario grupo que acompañó la peregrinación de regreso al hogar. Un retorno en comunidad, que quiere unificar las luchas de los pueblos por los territorios, por las identidades, por los feminismos tejidos desde las comunidades, por la vida y contra el patriarcado, atravesando todas las fronteras.
El retorno en comunidad de Lolita inició con una ceremonia el 21 de junio, día del solsticio de invierno. Para las comunidades originarias es un día muy particular, ya que representa el primer día del año, donde se renuevan las energías y las aspiraciones para lo que será el devenir del año. Más tarde, ya en territorio zapatista, organizaron asambleas, encuentros y brindaron la primera conferencia de prensa, en la que anunciaron el recorrido, que acababa de comenzar.
“Estuve en un territorio donde es otra la comida, es otro el modelo, es otra la expresión, pero llevamos nuestra tortilla, siete años después sigo usando mi vestimenta, siete años después sigo torteando, porque esa es la expresión del camino sagrado que mi pueblo maya K'iche´ me ha enseñado”.
En esa oportunidad, la lideresa maya recordó detalles sobre su exilio, que lo transitó en diversos territorios, gracias a la solidaridad internacionalista de diversas comunidades. “Estuve en un territorio donde es otra la comida, es otro el modelo, es otra la expresión, pero llevamos nuestra tortilla, siete años después sigo usando mi vestimenta, siete años después sigo torteando, porque esa es la expresión del camino sagrado que mi pueblo maya K'iche´ me ha enseñado”.
Su activismo contra empresas extractivistas obtuvo resultados. Junto a otros y otras activistas, frenaron el otorgamiento de licencias a empresas mineras, forestales e hidroeléctricas. Las consecuencias de su defensa devinieron en amenazas de muerte y en seis intentos de asesinato. Sin embargo, no hubo un solo detenido, quedando su caso en total impunidad y su vida corriendo serio peligro.
Es que Lolita Chávez denunció fuerte y frontalmente al militarismo, al paramilitarismo, al narcotráfico y a la corrupción rampante dentro del Estado en Guatemala, todo ello unido por vínculos criminales y de complicidad, todo esto documentado y presentado ante la justicia local.
En 2005 la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) había dictado medidas cautelares para resguardar su vida e integridad física, orden que no fue cumplida por el Estado guatemalteco.
La lucha por los territorios y la preservación de la vida es común en todo el continente. Pero la peligrosidad para quienes llevan adelante esas causas, es mayor en Centroamérica. Casos como el de Berta Cáceres, asesinada el 3 de marzo de 2016 en Honduras, son lamentablemente moneda corriente entre quienes ponen el cuerpo para defender los territorios.
La delegación del retorno llegó hasta Honduras el 25 de junio, a las tierras de Cáceres, donde fue recibida por el Copinh y otras organizaciones locales. Allí, visitaron Utopía, el Centro de Encuentros y Amistades del Copinh, donde fueron recibidos por la hija de Berta, Bertita Zúñiga Cáceres. Entre otras actividades, visitaron la tumba donde yacen los restos de la activista y feminista lenca, que con su muerte dejó una siembra en toda Latinoamérica -o como sus pueblos le llaman, la Abya Yala-.
Dos días después, el grupo arribó a Ixim Ulew (Guatemala). En la Plaza de Niñas 8 de marzo, en la ciudad de Guatemala, y ante los micrófonos de la prensa local, Lolita lanzó duras palabras contra la justicia y la falta de avances en la investigación de los responsables de los atentados contra su vida.
“Seis intentos de asesinato a mano armada han quedado en la impunidad (...). Eso es injusticia, demuestra que hay un sistema patriarcal de justicia racista, y voy a seguir aquí para seguir exigiendo justicia”, dijo, y acusó al Ministerio Público de estar “tomado por la estructura de crimen organizado”.
Entre quienes tomaron la palabra estuvieron Claudia Korol, y Adriana Guzmán, reconocida feminista del pueblo aymara, que acompañó a la delegación junto a Feministas de la Abya Yala. “Hemos hecho del retorno de Lolita Chávez un retorno político y desde aquí nos hemos comprometido como ella nos ha enseñado, a un pacto sagrado: vamos a caminar los mundos, hasta acabar con el patriarcado”, sentenció.
En el lugar también fueron recordadas las 41 niñas y adolescentes que en la noche del 7 al 8 de marzo de 2017, fueron dejadas morir en un incendio dentro de una habitación del Hogar Seguro Virgen de la Asunción, centro a cargo del Estado de Guatemala. Hasta el momento de escribir estas líneas, los responsables de esta masacre de Estado, siguen sin responder ante la justicia.
Porque este retorno en comunidad, es para Lolita Chávez una apuesta por unir las luchas bajo una mirada comunitaria, popular, feminista, antipatriarcal, anticolonial, revolucionaria y desde la memoria y autodeterminación de los pueblos.
No faltó el homenaje a la recientemente fallecida Nora Morales de Cortiñas, Norita, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, que recorrió todo el mundo hasta sus 94 años, acompañando cada reivindicación y cada reclamo por justicia. El grupo además, exigió la aparición con vida de Lichita Oviedo Villalba, la niña paraguaya desaparecida durante un procedimiento de la Fuerza de Tarea Conjunta de Paraguay, en noviembre de 2017.
Allí también condenaron el “golpe de Estado” en Bolivia, que fue llevado adelante por una facción del Ejército, y exigieron que se investigue a los responsables.
El sábado 29, arribaron al territorio K'iche´, donde les esperaba la comunidad de Lolita, para recibirles con una ceremonia y fiesta de recibimiento. Allí también se sellará el retorno con una declaración de compromiso y acción política.
Porque este retorno en comunidad, es para Lolita Chávez una apuesta por unir las luchas bajo una mirada comunitaria, popular, feminista, antipatriarcal, anticolonial, revolucionaria y desde la memoria y autodeterminación de los pueblos.
“Este es un mensaje para los pueblos de los mundos: otros mundos son posibles. Que ese terror que nos genera la criminalización no se quede en nosotros y nosotras, y que podamos tejer esa armonía. Celebremos, que haya fiesta. Dancemos con todas las comunidades y todas las especies. Que esta alegría sea para honrar a todas las abuelas, a las mártires que han dejado su sangre en todos los continentes”, dijo Lolita Chávez.
“Ahora estamos caminando el mundo y no estoy sola, somos comunidad”.
Créditos galería de imágenes:
- Fotos 1 y 2, Our Voice
- Fotos 3 y 4, Copinh
- Fotos 5 y 6, Martina Korol
Nota: todas las actividades y publicaciones se pueden seguir en Instagram a través de @ourvoice.ar, @ourvoice.uy, @feministasdelabyayala y @panuelosenrebeldia.


