La población de Brasil continúa afectada por la pandemia de Coronavirus y los índices de contagios y de muertes llegan a niveles alarmantes. El domingo 30 de mayo superaba, según datos del Consejo Nacional de Secretarías de Salud (Conass), más de 461 mil muertes por la Covid-19.

Registra, además, un promedio de 1.844 muertes diarias, cifra que ha ido en aumento durante el mes de mayo. Las personas que cursaban la enfermedad superaban los 16 millones y medio.

En este contexto miles de personas salieron a las calles el sábado 29 de mayo en más de 200 ciudades de Brasil para protestar contra la gestión del presidente Jair Bolsonaro, y más concretamente por el manejo que ha hecho de la pandemia.

Las mayores concentraciones se registraron en Río de Janeiro, pero también en Brasilia, Belén, Curitiba, Manaos, Fortaleza, aunque la más multitudinaria fue la que se vivió en San Pablo.
Estas movilizaciones fueron convocadas por sectores políticos y sociales como. “Estar  en las calles para luchar es un acto extremo para decir basta” decía la proclama del Partido de los Trabajadores (PT).

El apoyo que tiene Bolsonaro es, según un sondeo de Datafolha, de un 24% y ese bajo porcentaje está directamente relacionado con el accionar que ha ido de la mano de sus declaraciones sobre la pandemia a la que no sólo calificó de “gripecita”, sino que trató como si fuera algo sin importancia.

FORA DAQUI

El director del Instituto Butantan de la ciudad de San Pablo, Dimas Covas, afirmó en el Senado que, las negociaciones por la compra de la vacuna china Coronavac se atrasaron tres meses debido a la intervención de Bolsonaro en las negociaciones.

Más aún, Covas manifestó que las declaraciones del presidente, de sus hijos y de otros integrantes de la cúpula de gobierno, atentaron directamente contra la adquisición de insumos imprescindibles para elaborar las vacunas.
Sin embargo el mandatario no sólo no modifica su actitud sino que recurre una y otra vez a la amenaza de desplegar fuerzas militares en los Estados en los que sus gobernadores implementen medidas para evitar la propagación del coronavirus. Aún así afirma que “nadie puede acusar al actual presidente de ser una persona que no es democrática, que no respeta las leyes y que no actúa en el marco de la Constitución”.

Una reciente encuesta realizada por Poder Data, la División de Estudios Estadísticos del medio Poder 360, advierte que un 57% de los brasileños respaldan un impeachment (juicio político con posterior destitución) contra el presidente Jair Bolsonaro, lo que supone un crecimiento de 11 putos en los últimos tres meses. Paralelamente el porcentaje de aprobación para que permanezca en la presidencia cayó 10 puntos.
Crece la exigencia para que el gobierno acelere el proceso de vacunación y para que incremente ayudas a los sectores más afectados con la pandemia.