05 de Agosto del 2021
Agustín Büchner Nolla
El mercado de trabajo expulsa, y se individualiza la responsabilidad
Sorpresa por cese del programa Uruguay Trabaja
Un semáforo en rojo, se superpone al cartel de la fachada del MIDES
Javier Calvelo/ adhocFOTOS

En el Portal APU.uy entrevistamos a Sandra Costabel (Trabajadora Social) junto con Sergio Reyes (Sociólogo) directivos de Asociación Nacional de ONG Orientadas al Desarrollo (Anong), y a Lucia La Buonora, secretaria general del sindicato del MIDES (Utmides) sobre sus lecturas sobre el cierre del programa Uruguay Trabaja

El programa se ha caracterizado como si estuviera orientado a la inserción laboral, lo cual es una imprecisión, ya que era un programa orientado a la inclusión social. Es necesario entonces para entender las diferencias, ver a quienes beneficiaba, esto es: a personas que viven situaciones muy precarias o vulnerables, como ser analfabetas o que no han culminado primaria, que quizás no saben tomarse un omnibus para salir del barrio y conocer la ciudad, mucho menos un recibo de sueldo. Muchas de esas personas han transitado situaciones de violencia doméstica algunas integran la comunidad afro, o trans, o tienen dificultades en la accesibilidad por discapacidad. Y preponderantemente pertenecen al quintil más bajo. 

En este contexto, donde los trabajos a los que normalmente pueden acceder (si acceden) son tareas de limpieza,  o como empleadas domésticas en el caso de las mujeres, albañilería los varones, feriantes, es decir todas actividades muy marcadas por la informalidad, es bastante congruente que 8 de cada 10 participantes no sostengan un empleo formal por más de tres meses, en un año de mal desempeño económico (como fue el 2018, de donde se toma el dato), pero que ha sido distinto, en años de mejor desempeño económico del país.

El programa brindaba atención bucal y oftalmológica, para personas que tienen mucha dificultad en acceder a esas prestaciones y también ha sido esencial para impulsar la finalización de la educación primaria, aprender un oficio y el acompañamiento en la práctica laboral. Se trata de una mirada integral, que se perdería con el nuevo programa "Accesos" dicen desde la Asociación Nacional de Organizaciones No Gubernamentales Orientadas al Desarrollo (ANONG), y que también critican desde el Sindicato.

¿Esto significa que tanto Anong, como Utmides defiendan a ultranza el plan anterior? No, reconocen que los programas son perfectibles, que es necesario evaluarlos, así como han tenido críticas o aportes y algunas han sido tenidos en cuenta anteriormente para mejorar la política pública. Sin embargo en esta oportunidad afirman que, ni los cuadros técnicos, ni las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) están siendo tenidas en cuenta en el proceso de rediseño.

Los directivos de Anong hicieron énfasis en que están a disposición de las autoridades para colaborar en conjunto en procura de mejorar los dispositivos sociales de atención, y se lamentan porque en la lógica de los anuncios públicos muchas veces, se pierde el matiz, se pierde el contexto, que realmente hace la diferencia en las evaluaciones. Resaltan que el programa trabajó en todo el país, en localidades y barrios muy distintos, junto con poblaciones muy heterogéneas. 

Sobre la eliminación de sorteo como método de entrada, Lucía La Buonora, dirigente del sindicato UTMIDES, afirma que se quita una garantía de transparencia en el proceso de selección para que efectivamente sean personas del sector de ingresos más bajo las que accedan.

"En definitiva, podes pedirle a los programas que te deriven personas con algunos mínimos, que ya las hacen más 'deseables' para un mercado laboral. Entonces dentro de 3 años vamos a decir que mejoramos los niveles y los números, pero eso es un engaño, por que hay un sector de la población que vos la vas a seguir dejando sola, y sin ningún tipo de oferta", denuncia.

 "Hay una lejanía con los problemas, a veces parece que estamos hablando de otras personas" afirma La Buonora

La dirigente sindical entiende que "no hay una visión, ni siquiera una aspiración, aunque eso no se logre (...), hacia la autonomía de los individuos. No se habla de derechos, se habla de ayudas. Entonces hay un cambio ahí muy drástico, que se traduce en los instrumentos y donde el ministerio asigna sus recursos".

También advierte que "hay una precarización muy grande, y hay una orientación muy fuerte a que quienes trabajamos estemos al servicio del jerarca de turno. En este momento se está discutiendo la Rendición de cuentas, y hay modificaciones sobre el estatuto del funcionario público (...) cambios en nuestros salarios a dedo, sin ningún motivo, que tiene que ver con contratos a término mucho más fáciles y ágiles de hacer".