A un mes de la cumbre de los BRICS, Portal APU.uy conversó con Kintto Lucas sobre su implicancia en el mundo y en Sudamérica en particular
Del 22 al 24 de octubre se celebró en la ciudad rusa de Kazán, la decimosexta cumbre de los BRICS. El foro político, cuya primera reunión se celebró en 2009, reúne a las cinco economías emergentes más importantes del mundo: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Desde las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y las potencias europeas a Rusia debido a la guerra con Ucrania, el bloque político que, sumadas sus economías, superan a las del G7, adquirió una nueva relevancia en el mapa geopolítico global. Su intención es la de proponer una alternativa al poder hegemónico actual.
La cumbre contó con la presencia de 23 jefes de Estado, la de los nuevos países integrantes (Egipto, Etiopía, Irán y los Emiratos Árabes Unidos) y otras naciones que buscaban formar parte del bloque. La lista de países invitados a participar como miembros asociados incluyó a Argelia, Bielorrusia, Cuba, Bolivia, Indonesia, Malasia, Turquía, Uzbekistán, Kazajistán, Tailandia, Vietnam, Nigeria y Uganda.
Una de las polémicas que trajo la cumbre fue la presencia del presidente de Venezuela Nicolás Maduro quien acudió a Kazán con el fin de mostrar la intención del país de adherir al grupo político. Sin embargo, Brasil, que se ha mostrado distante de Maduro luego de las elecciones presidenciales en el país caribeño, se opuso a su adhesión.
Con el fin de responder algunas interrogantes sobre esta cumbre, Portal APU.uy dialogó con Kintto Lucas, escritor, periodista y político uruguayo-ecuatoriano. Radicado en Ecuador desde hace treinta años, ocupó el cargo de vicecanciller bajo el gobierno de Rafael Correa.
En 2013, llamado por el Presidente de Uruguay José Mujica, Lucas fue nombrado Embajador Itinerante de Uruguay para UNASUR, CELAC, ALBA y la Integración. Sin embargo, renunció tras discrepar sobre las posturas políticas asumidas por el entonces canciller Luis Almagro, “vinculadas a Estados Unidos y contrarias a la integración latinoamericana”
¿Por qué y bajo qué contexto surgen los BRICS?
Es importante recordar que los BRICS surgen en medio de una disputa hegemónica y marcan el inicio de un mundo multipolar. Después del mundo bipolar de la Guerra Fría, surge un mundo unipolar, en el que Estados Unidos maneja toda la realidad a través del Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas (ONU). Tanto China como Rusia trabajan directamente con EE.UU en la ONU. Lo apoyan a veces estando de acuerdo y otras absteniéndose, pero no ponen su veto. Es cuando la OTAN invade Libia en 2011, luego de una resolución del Consejo de Seguridad en el que se decía que no iba a haber intervención allí, que se dan cuenta que habían cometido un error apoyando a EE.UU. Entonces, a partir de ahí entran en una disputa muy fuerte. Los BRICS surgen como una forma de agruparse para las potencias emergentes. Potencias que, si bien son potencias económicas y militares, todavía tienen un grado, aunque China ya es otra cosa, de pobreza. Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. En todos los continentes. Potencias emergentes que tienen una gran incidencia sobre su región. Entonces lo que buscaron fue empezar a parar ese unipolarismo estadounidense.
¿Por qué se torna relevante hablar de ellos ahora?
Desde que se crearon los BRICS hasta ahora pasaron muchas cosas. Se cayó el gobierno de Lula, Rusia empezó a tener sus problemas. Ahora, la guerra de Ucrania y la del Oriente Medio los obligó a juntarse nuevamente y los gobiernos están más afín a la idea. Estados Unidos sigue incidiendo en las guerras que se están dando y decidieron alinearse como un grupo importante para consolidar monedas y transacciones comerciales con moneda única. O sea, buscan fórmulas de independizarse de todo ese poder de Estados Unidos. Por eso ahora están creando un banco paralelo al Banco Mundial. Están haciendo lo que se proponía en América del Sur cuando los gobiernos progresistas quisieron consolidar un Banco del Sur. Eso lo están haciendo los BRICS en algo más amplio, pero con potencias económicas muy importantes.
Sin embargo, hay divergencias a la interna de los BRICS, no todos están de acuerdo con desdolarizar…
Lo que pasa es que los países más occidentalizados dependen mucho del dólar y saben que Estados Unidos les puede hacer un bloqueo. A Brasil, económicamente, le puede complicar. Si bien su mayor socio comercial ahora es China, le complica cambiar todo. Hay países que tienen visiones totalmente distintas de todos, desde Irán hasta Arabia Saudita, pero ellos saben que para consolidarse en un mundo multipolar tienen que unirse a una asociación mucho más amplia para no depender de Estados Unidos. Entonces, todavía hay dudas pero la realidad del mundo va a llevar a dejarlas de lado.
¿Hay una crisis de hegemonía del norte global?
Sí, hay una crisis. Empezó por los años en que se crearon los BRICS. La crisis económica del 2008 fue muy pesada y produjo después una crisis política. Estados Unidos empezó a perder peso, inclusive, en lo que se conoce como “su patio trasero”, Sudamérica, donde estaban los gobiernos progresistas. En principio no le dio importancia hasta que se dio cuenta de que en una disputa mundial necesitaba de ese patio trasero. Entonces empezó a perder peso también en Europa. Además ya no incidía directamente en China ni en Rusia como lo había hecho hasta ese momento. Cuando empezaron las guerras de Libia y de Siria, directamente ya había un enfrentamiento muy claro entre Estados Unidos y Rusia.
¿Es Trump un síntoma de esa crisis? ¿Qué implica su reelección para los BRICS?
Cuando hay crisis también hay cambios en las estructuras políticas. Antes los republicanos eran los que manejaban las armas, y los que, de alguna forma, hacían crecer la economía con guerras. Hoy, surge un personaje como Trump, que tiene unos intereses determinados en su industria, y que frente al hecho de que Estados Unidos haya perdido competencia a nivel mundial, se dio cuenta que la única solución es ser proteccionista. Se dio cuenta que la guerra no le sirve para nada. Le sirve producir mejor y ponerle trabas a los otros. Sin embargo, Biden y los demócratas están más vinculados a la industria armamentista y creen que así se mejora la economía. Se invirtieron los roles. Estoy seguro que Trump va a tratar de parar las distintas guerras. Para los BRICS es mejor la opción republicana. Más allá de sus locuras fascistoides y todo el tema de los derechos, Trump es más fácil de identificar. Biden y los demócratas te juegan con una cosa, con otra y finalmente te golpean igual. La mayoría de las guerras en los últimos años las hizo Obama. Entonces han cambiado las relaciones de poder. Finalmente, estamos en un mundo capitalista y todos son capitalistas. Antes había una supuesta lucha entre el socialismo y el capitalismo. Eso ya no existe. No para entender el mundo actual.
Ahora desde la derecha se asumen como antiglobalistas, fenómenos como el Brexit o el mismo Trump por ejemplo... y se critica a la izquierda por su globalismo justamente.
Pero eso se hace para adentro. Después como bloque, finalmente Inglaterra sí se cerró, pero tiene que incidir en Europa. Ahora se dan cuenta que tiene que estar con Europa. En general, Europa, por más que es la que lleva las de perder siempre, creo que va a ser muy difícil que entre en una guerra comercial con China y los BRICS. Se va a reacomodar el mundo, la economía, el comercio, todo.
La verdad es que la izquierda nunca estuvo a favor de la globalización. Era una izquierda que no había llegado al poder todavía. Era contracultura. Una vez que llegó al poder se adaptó y la verdad es que no hay muchas diferencias entre la izquierda y la derecha. O sea, hay algunas cosas de derechos que son importantes pero en lo económico las visiones son muy similares. En cuanto a la globalización era así, pero claro, también la gente de cultura de izquierda podía tener una visión contraria a la globalización, pero aceptaba todo lo que… Vos no te podías cerrar solo en tu cultura, había todo un... Los Beatles, Los Rolling Stones, todo lo que significaba esa corriente.
La mayoría de los países que pertenecen a los BRICS no son democracias ¿qué supone eso para los países latinoamericanos donde la democracia es un valor casi sagrado?
La verdad es que la democracia en realidad es una farsa. Si utilizamos los parámetros reales de quiénes manejan los medios de comunicación, de cómo se hacen las cosas, de las vinculaciones que tienen que tener los candidatos con determinados poderes para poder ganar o perder, nos damos cuenta. Yo creo que a los BRICS no les importa eso. Están muy convencidos de que para crecer y sostenerse en el mundo tienen que respetar a los otros. Por eso es muy raro y una tontería lo que hizo Brasil con Venezuela. Fue sumamente demagógico. Si ves a Rusia, China, Arabia Saudita, casi ninguno es democracia. Ahí lo que importa son los intereses económicos. Cuando hay una discusión mundial por la hegemonía, las democracias, lo político y lo ideológico empiezan a quedar al margen.
Sumadas las economías de todos los países de los BRICS superan a los del G7…
Ese es el miedo que tiene Europa. De que un día los BRICS y China le impongan todo. Va a ser difícil que llegue a ese punto. Creo que va a haber una lucha económica, política y también militar. Puede parar lo de Ucrania, pueden parar cosas, pero sigue una guerra fría, latente. En todos lados, en América Latina, en África. Va a desencadenar en un mundo muy peculiar, porque finalmente se van a tener que aceptar unos a otros. Por más proteccionismo, la globalización se incluye.
¿Qué rol puede cumplir la ONU en los BRICS?
Ninguno. La ONU no cumple ningún rol en ningún lado. Cumple de vocero. Que la asamblea de la ONU declare que Israel está cometiendo un genocidio es una cuestión moral. Pero no tiene ninguna importancia política. Ninguna incidencia real.
Trayendo más la cuestión a lo local, ¿pueden ser vista con buenos ojos los BRICS para Uruguay?
Creo que estamos viviendo en un mundo en que los gobiernos, sean de izquierda o de derecha, viven de la farsa. Todos hablan de democracia, pero a la hora del té pesan mucho más los intereses. En países como Uruguay, que siempre juega un poco a dos aguas, porque tampoco hay algo tan acuciante para Estados Unidos acá ni una importancia estratégica mundial, dependerá de la incidencia que intente tener Estados Unidos en la región. Pero ya el tema político e ideológico solo lo plantean cuando no les interesa. Si les interesa, lo dejan de lado. La dictadura comerció con la Unión Soviética cuando no tenía a quién venderle carne.
¿Ves a los BRICS como una alternativa de integración global donde se pueda mantener la autonomía y la soberanía del país?
Cuando estaban los gobiernos progresistas en sudamérica una de las cosas más revolucionarias que se hicieron fue intentar una integración distinta a través de la UNASUR. Allí había gobiernos progresistas, de izquierda, y había gobiernos de derecha. En ese momento había una idea de que se venía una lucha por la hegemonía mundial. Que se iba a dar un mundo multipolar y que en ese mundo Sudamérica podría ser un polo de interlocución. Por eso se creó un Consejo de Defensa Sudamericano, con una doctrina distinta a la doctrina de la seguridad nacional. Con un vínculo distinto con Estados Unidos. En la UNASUR se gestaron cosas muy importantes. Pero claro, eso Estados Unidos lo torpedió. Los gobiernos de derecha lo torpedearon y las oposiciones de derecha también. Entonces bueno, pienso que se tiene que consolidar primero una integración propia. Los BRICS son muy importantes. Creo que son una alternativa distinta. Pero si América Latina no se consolida te pasan por arriba. Antes de pensar en las naciones uniéndose a los BRICS tenemos que unirnos acá. Es la única forma.